“Son imaginaciones tuyas”, “no hagas drama por eso”, “ya hablamos de eso, ¿no te acuerdas?”, son algunas frases que probablemente has podido escuchar, sin embargo, si son repetitivas dentro de tus diálogos con personas que te rodean es un buen momento para prestar atención, ya que podrías estar cayendo dentro de un círculo de gaslighting o luz de gas.
Este término anglosajón tiene su origen en la obra de teatro británica ‘Gas Light’, en la cual un hombre hace lo imposible manipulando objetos y situaciones del entorno para convencer a su esposa de que está “loca”, hasta el punto de hacerla dudar de sus propias visiones, memoria y juicio.
TÉRMINO COLOQUIAL
La psicóloga y Directora del departamento de psicología de Universidad del Valle de Guatemala, Sara Estrada menciona que es importante recalcar que el término ‘gaslighting’ es de carácter coloquial, aunque no es oficial dentro de la Psicología, actualmente se usa más en comunicación con el público en general, aunque sí se refiere a un patrón psicológico.
¿QUÉ ES EL GASLIGHTING?
Melissa Mendoza, psicóloga clínica, explica que el gaslighting es un abuso emocional y psicológico muy eficaz que inicia de forma muy sutil, en la que la mayoría de víctimas ni siquiera se dan cuenta. Consiste en la manipulación que lleva desestabilizar mental y emocionalmente a la víctima para que dude de su propio juicio.
“La persona que realiza el gaslighting (el «gaslighter») constantemente cuestiona las opiniones de la otra persona, cambia las versiones de los eventos o los niega totalmente, hasta el punto en que la otra persona empieza a dudar de sí misma y a sufrir desorientación, daños en su autoestima y ansiedad”, añade Estrada.
FACTORES PARA IDENTIFICARLO
Mendoza brinda una serie de factores para poder identificar este tipo de abuso:
Culpabilización:
La pareja hace responsable de todos los conflictos a la víctima, de esta manera se logra deshacer de toda la responsabilidad de sus actos y distraer la atención de sí mismo. Esta dinámica puede resultar muy peligrosa, ya que somete a la víctima a un nivel de desvalidez e incapacidad.
Bajo nivel de autoestima:
La víctima suele complacer más a las otras personas inclusive realizando acciones que no desea realmente, con el propósito de buscar constantemente el reconocimiento y aprobación de los demás.
Por su parte, la persona que ejerce la manipulación convence de forma progresiva a su víctima de que sus gustos y creencias que la identifican son inapropiadas para poder destruir su identidad y dejándola incapacitada en su autoconfianza y decidir por sí misma.
Buscar reafirmación para tomar decisiones:
Debido a la baja autoestima y culpabilidad constante con la que lidia la víctima, esta no confía en sus capacidades para razón y toma de decisiones, la víctima asume que no sabe interpretar bien lo que ve o escucha y además no es capaz de llegar a conclusiones apropiadas.
Apartarse de la vida social:
La pareja manipuladora priva a la víctima de sus vínculos sociales, le hace desconfiar de todo el mundo y poniéndola en contra de todos con pensamientos como “realmente no te quieren”, “te mienten”, etc.
Estrada recalca que este fenómeno se puede perpetuar en todo tipo de relaciones interpersonales, para que el gaslighter imponga su propia versión de la realidad.
CUESTIONAR Y REFLEXIONAR
Ambas profesionales de la salud concuerdan en que la reacción de la persona que sufre este tipo de abuso es un estado vulnerable, por ello es importante cuestionar y reflexionar la manera en qué nos sentimos con tal relación.
Algunas sugerencias de preguntas que puedes realizarte son: ¿Dudas de ti mismo?, ¿te sientes excesivamente emocional o exagerado?, ¿has perdido la conexión de tu identidad? ¿Te sientes aislado de los demás? Si tus respuestas fueron afirmativas, es muy probable que estés sufriendo algún abuso psicológico.
“El primer paso para el cambio es reconocer que tenemos un problema, el segundo es pedir ayuda. Ambos son actos que requieren coraje y valentía”, explica Mendoza.
¿POR QUÉ ES DIFÍCIL IDENTIFICAR EL GASLIGHTING?
Estrada desvela que identificar este fenómeno dentro de las relaciones es complejo precisamente porque los efectos a largo plazo incluyen que la persona que lo está sufriendo dude de su propia experiencia, realidad, y empiece a darle la razón en todo a la otra persona.
Además Mendoza agrega: “Se produce de manera gradual y progresiva y la víctima no se da cuenta de lo que está sucediendo (…) algunas de las expresiones se pueden confundir con lo que se ve habitualmente dentro de las dinámicas de pareja”.
RECONECTAR CONTIGO MISMO
Salir de un círculo de este tipo de abuso no es nada sencillo y además requiere todo un proceso de sanación por lo que reconectar contigo mismo es el camino para lograrlo.
Escobar explica que lo principal es tener un nombre para dicho fenómeno con el fin de identificar, tomar distancia de la otra persona para poder identificar y tener contacto con ideas propias, percepciones y emociones, y consultar con personas externas acerca de cómo perciben la realidad.
“Busca volver a conectar contigo mismo, reconocer tus valores, tus límites. Hay que reconocer que las consecuencias del gaslighting afectan la identidad, la autoestima y la confianza. Así que cuestiónate si deseas realmente continuar la relación. ¿Este es el futuro que deseas construir?”, es una manera que recomienda Mendoza para salir de este círculo de abuso.
Además ambas coinciden en que es importante que nosotros mismos demos lugar a nuestra compasión propia, sentir nuestras emociones, priorizarlas y si consideras que los efectos del gaslighting causan interrupciones en la vida diaria acudir a un profesional de salud mental para obtener apoyo.
La priorización de uno mismo es clave para construir relaciones interpersonales sanas.