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El duelo es un proceso por el cual todos los seres humanos atravesaremos alguna vez en nuestra vida. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) detalla que es una reacción normal ante la pérdida tanto de una persona querida, un animal, un objetivo, etapa o evento significativo.

 

Por ello, el duelo es algo que podemos experimentar en cualquier momento de nuestra vida y tiene mucho valor que la persona puede dejar sentir las emociones que conlleva y aceptar “la pérdida”.

Es importante que la persona pueda aceptar la «pérdida». Diseño: La Hora/Alejandro Ramírez

PROCESO DE ADAPTACIÓN

La psicóloga clínica, Ximena Orozco, explica a LH Nosotras que el duelo no es una enfermedad, “es un proceso de adaptación donde nos vemos obligados a acostumbrarnos a una nueva realidad, por ello es un proceso único y no tiene una duración determinada”.

El duelo es el término que se utiliza para referirse al proceso natural que experimentamos cuando nos enfrentamos a la pérdida de alguien o algo significativo para nosotros, la psicóloga brinda algunos ejemplos como: muertes, enfermedades de seres queridos, rupturas amorosas o de amistades, mudanzas, despidos, separaciones, pérdidas de mascotas, entre otras.

 

Recalca en que es importante diferenciar las palabras, ya que el duelo es un concepto diferente al dolor; el último es una reacción a la pérdida, mientras que el duelo es cómo procesamos este dolor.

Algo importante que Orozco menciona es que el duelo es un proceso, que no tiene etapas o pasos intermedios, sino más dimensional, bajo esta línea la Unicef indica “que es un proceso complejo y muy personal”, por lo que realmente no existe un periodo de tiempo para “resolverlo”, lo más importante es saber que dura tanto como cada persona lo necesite.

El duelo no es una enfermedad, es un proceso de adaptación. Diseño: La Hora/Alejandro Ramírez

DARLE LUGAR A LAS EMOCIONES

“Es importante darle lugar a las emociones y a los sentimientos que prevalecen durante el proceso. Hay que reconocer que el duelo no es algo para superar, no es algo para olvidar, no es un tema de pasar la página, porque no es algo malo”, manifiesta Orozco.

Por ello, asegura que para permitir que el proceso fluya a nuestro ritmo, debemos deshacernos de la mentalidad de que el dolor no es algo malo o que la tristeza y otras emociones son incomodas. Son sentimientos y manifestaciones emocionales humanas y naturales, es importante normalizarlas dentro de la sociedad.

“Tanto el dolor como todas las emociones tienen una utilidad, yendo más allá de eso, no son un terror”, menciona.

ABRAZAR EL PROCESO

Muchas veces quienes atravesamos un proceso de duelo no queremos aceptar el mismo, y buscamos evadirlo, sin embargo, la psicóloga asevera que, si evadimos nuestras emociones, reprimir lo que sentimos o inclusive bloquear el dolor por la pérdida, del duelo se puede transitar a la depresión.

Por eso añade: “Hay que reconocer que es nuestro proceso y por ser nuestro, hay que abrazarlo. No hay prisa, ni presión, lo debemos vivir con total libertad y soltar el juicio, aceptar que somos seres humanos y tenemos días difíciles, lloramos, pero volvemos a levantarnos”.

Es importante darle lugar a las emociones que prevalecen durante el proceso. Diseño: La Hora/Alejandro Ramírez.

La paciencia durante este proceso con nosotros mismos es importante, aceptar los tiempos y ritmos, y evitar engañarnos a nosotros mismos en fingir que el duelo que estamos atravesando no duele, porque esto solo hará que duela el doble.

“Aceptar no significa estar bien o estar de acuerdo con lo que ha pasado, es asumir que hay una nueva realidad y que debemos aprender a vivir con ella”, explica Orozco.

La paciencia durante el proceso de duelo con nosotros es clave. Diseño: La Hora/Alejandro Ramírez

EDUCACIÓN EMOCIONAL

Por último, la psicóloga añade que desde sus conocimientos y orientación profesional durante el proceso de duelo busca fortalecer la educación emocional recolocando la pérdida, al aprender a mantener esa relación desde la ausencia física.

“No comparto del todo la idea de la despedida en duelo, sí de la despedida de lo físico, también de la despedida del sufrimiento, pero no de la relación (…) el amor no termina con la muerte, por ejemplo, es todo lo contrario, cuando se suelta el sufrimiento se expande y se convierte en razón de ser”, explica.

Si evadimos nuestras emociones, el duelo se puede transitar a la depresión. Diseño: La Hora/Alejandro Ramírez

Paso a paso se aprende a una elaboración de duelo, y no a despedirte, sino a colocarlo en el lugar donde debe estar porque el duelo es dolor, pero también crecimiento, asegura.