Juan José Narciso Chúa
Después de estar alejado varios años de la política universitaria, hoy veo con preocupación todo lo que está pasando en nuestra alma mater. Aunque no he estado en la política universitaria sí he podido observar el proceso de deterioro de la Usac, así como he visto grupos de oportunistas y lejanos de la academia a ocupar espacios de conducción superior en la tricentenaria y he observado también cómo distintas autoridades han negociado con diferentes regímenes de Gobierno para bajarle el tono a la protesta y a la actitud consciente y destacada de la Usac ante los problemas del país y más aún ante los vejámenes de distintos regímenes arropados bajo una falsa legalidad y de tinte democrático.
Los tiempos de estudiante en la Usac han dejado una profunda huella en mí, así como han sustentado todas mis convicciones políticas, amén que me formaron para la vida, como un profesional con principios y valores.
El SOS con el cual se ha denominado al grupo que hoy piensa rescatar la academia de la Usac, no podría ser más propicio y cierto. La Usac necesita esa ayuda, la Usac requiere de personas y profesionales probos para cambiar todo lo que ha ocurrido adentro y alrededor de nuestra casa de estudios. Continuar bajo la égida de grupos oportunistas y corruptos resulta una apuesta al desastre para el futuro de la tricentenaria.
Las elecciones continúan, espero que profesionales como yo, que hemos estado alejados de las votaciones de rector, hoy retomemos ese formalismo tan importante. La primera vuelta en mi colegio de profesionales lo hicieron en el Club de Oficiales, vaya afrenta y paradoja después de tantos años, pero igual ejercí mi voto y espero que muchos profesionales, estudiantes y catedráticos hagan un vuelco de 360 grados para la decencia, para reconocer que, de seguir así, estamos condenando a nuestra universidad al ostracismo.
La elección de rector, tal como señaló mi gran amigo Edgar Gutiérrez, es un test de prueba para lo que viene en nuestro país. Nuestra sociedad demanda cambios profundos en muchos ámbitos, la Universidad de San Carlos es una de ellas y, en estos tiempos, talvez, la más importante, porque ante la ausencia de instituciones de contrapeso a la opresión que ejerce el actual Pacto de Corruptos, la Usac puede jugar ese papel de balance, de propuesta, de pensamiento crítico, de conciencia ciudadana.
Jordán Rodas Andrade en el poco tiempo de su campaña justamente ha capitalizado el voto de la decencia, el voto de los profesionales, estudiantes y catedráticos que saben muy bien que la indiferencia nos puede costar caro y que quedarse como espectadores anónimos, no contribuye en nada a efectivamente buscar los cambios que se necesitan hoy, repito, hoy.
Invito a todos los que faltan por votar a ejercer su sufragio buscando el cambio, acomodarnos a un puesto para ser parte de jolgorios, churrascos y jaripeos, no se vale, ser profesional requiere de una mentalidad de cambio, demanda un ejercicio vestido de dignidad y de ser crítico de nuestra realidad nacional.
Hoy vamos a votar de nuevo por SOS Usac, los candidatos restantes han demostrado poca decencia y tuvieron la oportunidad de hacerlo, al contrario, buscaron formas y arreglos para perpetuar la juerga que hoy se ensaña en nuestra querida universidad.
Con SOS Usac vamos a votar por el cambio, vamos a insuflar de aire nuevo en la conducción de la Usac, vamos a apoyar un cambio que resulta justamente un test que podría emularse en el futuro cercano. Adelante compañeros, compañeras, amigas, amigos y profesionales decentes.
El próximo paso, aún más difícil, pero no imposible, es rescatar nuestro país de las garras de oportunistas y de corruptos, sigamos en la línea del cambio.
