Las delegaciones rusa y ucraniana se reunieron el lunes para conversar en medio de grandes esperanzas pero bajas expectativas de cualquier avance diplomático. En tanto, las fuerzas ucranianas, superadas en número pero empeñadas en defender al país, han entorpecido el avance de los invasores rusos y, al menos por ahora, mantienen el control de Kiev y otras ciudades.
Entretanto, ante la firme resistencia y las fuertes sanciones aplicadas por Occidente, el presidente ruso Vladimir Putin ordenó colocar en alerta las fuerzas nucleares del país, amenazando con llevar la guerra a un nivel espeluznante.
Las explosiones y disparos que han trastocado la vida alrededor de Kiev en días recientes parecieron amainar durante la noche, en momentos en que delegaciones rusas y ucranianas se reunían cerca de la frontera entre Ucrania y Bielorrusia. No queda claro qué resultará de ese diálogo.
Familias ucranianas, presas del pánico, se aglomeraban en refugios antibombas, sótanos o corredores, a la espera del desenlace.
De momento no se sabe exactamente cuántas vidas se han perdido en este conflicto. El comisionado de derechos humanos de la ONU dijo que 102 civiles han muerto y centenares han resultado heridos, pero al mismo tiempo advirtió que la cifra real probablemente es mucho mayor. El presidente de Ucrania indicó que por lo menos 16 menores de edad han perdido la vida.
El Banco Central de Rusia el lunes intentaba afanosamente apuntalar al rublo, mientras Estados Unidos y los países europeos aumentaban sus envíos de armas a Ucrania. Si bien el objetivo de tales medidas es detener la agresión de Putin, al mismo tiempo corren el riesgo de llevar al líder ruso, ya acorralado a nivel internacional, al extremo.
«Estoy rezando para que esas negociaciones tengan éxito, que lleguen a un acuerdo, que se acabe la matanza, que se acabe la guerra», declaró llorando Alexandra Mikhailova, quien sujetaba a su gato en un refugio improvisado en la ciudad de Mariupol. A su alrededor, varios padres trataban de consolar a sus hijos y mantenerlos cobijados.
En Kiev, había largas colas a las entradas de los supermercados el lunes, luego que los habitantes recibieron permiso para salir de los refugios antibombas por primera vez desde la imposición de un toque de queda el sábado. La relativa calma imperante el lunes en la mañana probablemente no dure mucho.
La vecina Bielorrusia se dispone a enviar tropas a Ucrania en las próximas horas para ayudar a Rusia, indicó un funcionario de la inteligencia estadounidense que pidió no ser identificado.
Las autoridades estadounidenses dicen que al parecer la ofensiva rusa ha resultado ser más difícil y lenta de lo que pronosticó el Kremlin, aunque eso podría cambiar si Rusia adapta sus tácticas. El Ministerio de Defensa de Gran Bretaña informó el lunes que el grueso de las fuerzas rusas está a unos 30 kilómetros (20 millas) al norte de Kiev y que su avance ha sido frenado por la resistencia ucraniana.
Occidente ha intensificado la presión sobre Rusia congelando los fondos que tiene en el extranjero, con el objetivo de ejercer presión sobre la economía rusa. Muchos rusos corrieron a sacar sus ahorros o a cambiar sus rublos por dólares o euros, mientras gran cantidad de negocios rusos hacían esfuerzos apresurados por proteger sus finanzas.
Por otra parte, Estados Unidos y Alemania anunciaron el envío de misiles Stinger y otros pertrechos a las fuerzas ucranianas. La Unión Europea — fundada con el objetivo de mantener la paz en Europa después de la Segunda Guerra Mundial — está suministrando por primera vez materiales bélicos, incluyendo misiles antitanque y municiones.
Por lo menos un país occidental está estudiando el pedido de Ucrania de enviarle aviones de guerra, indicó una funcionaria de la UE que pidió no ser identificada.
Los ministros de defensa de la UE se reunían el lunes para analizar maneras de enviarle armas a las fuerzas ucranianas. La ministra alemana declaró, sin dar detalles, que su país tiene «canales y posibilidades» para dar ayuda, y un tren procedente de la República Checa lleno de equipos militares llegó el domingo.