Policías del estado de Washington practican en un simulacro en Burien, Washington. Foto La Hora/AP/Ted S. Warren.

El estado de Washington está aplicando una ambiciosa reforma a sus prácticas policiales, a raíz de las múltiples protestas surgidas el año pasado a favor de la justicia racial luego de la muerte de George Floyd.

Casi una docena de leyes entraron en vigencia el domingo pero, dos meses después de que el gobernador Jay Inslee las promulgó, hay discrepancias en cuanto a cómo aplicarlas, como por ejemplo cuándo los agentes deben responder a escenas de crímenes o a crisis de salud mental.

«Cuando uno implementa esas leyes es cuando uno realmente se da cuenta de cuán eficaces serán», declaró Rafael Padilla, jefe de policía de Kent, un suburbio de Seattle.

«El desafío es —y tengo que ser muy honesto— las leyes fueron redactadas de manera muy deficiente, y al tenerlas todas al mismo tiempo se crean discrepancias entre la intención de las leyes y su contenido escrito», añadió.

Las leyes, aprobadas por una Legislatura controlada por demócratas y promulgadas por un gobernador demócrata, constituyen muy probablemente el plan de reforma policial más ambicioso del país. Abarcan prácticamente todos los aspectos de la actividad policial, incluyendo la revisión de antecedentes de los policías previo a su contratación; las condiciones en que pueden usar la fuerza y la creación de una agencia estatal que revisará casos en que la policía usa fuerza letal.

Los partidarios de la reforma insisten en que ella ayudará a hacer responsable a la policía por sus acciones y a eliminar la desigualdad racial en el sistema judicial del país.

«Es un mandato del pueblo para que los policías dejen de violar nuestros derechos y dejen de matar gente», expresó Sakara Remmu, de la agrupación Washington Black Lives Matter Alliance.

Según Moms Demand Action, otro grupo activista, la policía ha matado a 260 personas en el estado de Washington desde 2013 y un número desproporcionado era de raza negra, entre ellos Manuel Ellis, un joven negro cuya muerte el año pasado en Tacoma llevó a un juicio contra tres policías.

Jesse Johnson, el legislador que patrocinó las leyes, reconoció que se necesitan algunas aclaraciones, pero señaló que eso no es extraño cuando se trata de leyes complejas.

«Tenemos que crear políticas nuevas, porque lo que estábamos haciendo antes no estaba funcionando», expresó Johnson.

«Lo que queríamos era entrenar a los policías para que alivien las tensiones en una situación conflictiva y que apliquen las leyes de una manera que no sea letal. Gran parte de la resistencia que ha surgido es porque estamos cambiando el paradigma», explicó.

Las leyes prohíben las llaves al cuello y los allanamientos sin orden judicial, y limitan el uso de gas lacrimógeno y equipos militares. A la luz de lo ocurrido en Minneapolis cuando camaradas del policía Derek Chauvin se quedaron sin hacer nada mientras Chauvin le pisaba al cuello a Floyd, las leyes exigen que todo agente intervenga cuando vea que un colega esté usando fuerza excesiva.

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