La comunidad médica en Japón está alcanzando un consenso sobre que la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio el año que viene depende de que se encuentre una vacuna para el nuevo coronavirus. Foto la hora: AP.

Por STEPHEN WADE
TOKIO
Agencia (AP)

La comunidad médica en Japón está alcanzando un consenso sobre que la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio el año que viene depende de que se encuentre una vacuna para el nuevo coronavirus.

El presidente de la Asociación Médica de Japón, Yoshitake Yokokura, dijo hoy en una conferencia de prensa a distancia que es los Juegos solo serían posibles si las infecciones estaban bajo control, no solo en Japón, sino en todo el mundo.

«En mi opinión, sería difícil celebrar los Juegos a menos que se desarrollen vacunas efectivas», dijo Yokokura.

No aclaró si se oponía a que se celebraran los Juegos si no había vacunas.

Japón ha reportado 13.576 casos de COVID-19, además de 712 en un crucero que estuvo en cuarentena cerca de Tokio a principios de año. El Ministerio de Salud reportó 389 muertes por el virus.

Japón y el Comité Olímpico Internacional acordaron aplazar los Juegos hasta el 23 de julio de 2021 por la pandemia del coronavirus. Japón ha declarado un mes de estado de emergencia debido a un rápido aumento de las infecciones en el país.

Un profesor japonés experto en enfermedades infecciosas dijo la semana pasada que era escéptico sobre que los Juegos pudieran celebrarse en 15 meses.

«Soy muy pesimista sobre celebrar los Juegos Olímpicos el verano que viene a menos que se celebren los Juegos Olímpicos con una estructura totalmente diferente, sin público, con una participación muy limitada», dijo Kentaro Iwata, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad de Kobe.

Yoshiro Mori, ex primer ministro y ahora presidente del comité organizador, dijo al diario Nikklan Sports que no habría más aplazamientos si el evento no podía celebrarse en 2021.

«No, en esa situación se cancelará», dijo. «En el pasado, cuando hubo problemas semejantes, como guerras, se ha cancelado. Esta vez estamos combatiendo a un enemigo invisible».

Mori añadió: «Esta es una apuesta para la humanidad. Si el mundo triunfa sobre el virus y podemos celebrar los Juegos Olímpicos, entonces nuestros juegos serán mucho más valiosos que ediciones pasadas».

Devi Sridhar, profesora de salud global en la Universidad de Edimburgo, también dijo que celebrar los Juegos podría depender de que se encuentre una vacuna. Esto podría extenderse a los Juegos de Invierno de Beijing de 2022, organizados en China, donde se detectó por primer vez el virus.

«Siendo optimista», señaló, aún quedan «12 o 18 meses» para tener una vacuna.

«La ciencia es sólo la mitad de la batalla», dijo Sridhar en un correo electrónico a The Associated Press. «La otra mitad es fabricar dosis suficientes y llevársela a la gente en todo el mundo. ¿Cómo se priorizaría?».

Sridhar preguntó quién recibiría antes la vacuna: personal sanitario, los que trabajan con personas vulnerables o ancianos, o esos ancianos. No está claro cuántos de los jóvenes y fuertes deportistas olímpicos entrarían en ese proceso de prioridades.

«Estoy segura de que se habrá algo de pensamiento innovador sobre cómo combinar la seguridad de los deportistas, sus entrenadores y equipos, siendo conscientes de que el deporte juega un papel clave para el mundo, por motivos económicos pero también sociales», dijo.

Masa Takaya, portavoz de los Juegos de Tokio, dijo estar al tanto de los comentarios del responsable de la Asociación Médica de Japón.

«Comprendemos que hay una serie de puntos de vista, opiniones en torno a la posibilidad de celebrar los Juegos el año que viene», dijo Takaya. «Algunos expertos médicos también señalan que es demasiado pronto para emitir un juicio».

Habrá presiones de muchos sectores para celebrar los Juegos el año que viene, con vacuna o sin ella, con público o sin él.

«Esto pone una presión tremenda sobre todos los implicados para encontrar una solución aceptable, más que óptima», dijo David Carter, profesor de negocios deportivos en la Universidad del Sur de California, en un email a AP. «Añadan la enorme importancia que da el COI a su marca, y la incertidumbre en términos de salud pública, y se encontrarán con una versión del cubo de Rubik para el deporte internacional».

El Comité Olímpico Internacional obtiene el 73% de sus ingresos de la venta de derechos de emisión. Otro 18% procede de patrocinadores. El COI solo tiene dos grandes eventos que vender, y las cadenas no pagan demasiado hasta que se emiten las pruebas.

Japón ha gastado oficialmente 12.600 millones de dólares para organizar la cita olímpica, y una auditoría nacional dice que la cifra real es al menos el doble. Las estimaciones de medios en Japón sitúan el coste del aplazamiento en entre 2.000 y 6.000 millones de dólares.

A esto hay que añadir 11.000 deportistas olímpicos y 4.400 paralímpicos. La inmensa mayoría sólo consigue una oportunidad de competir a ese nivel.

Y después están los patrocinadores.

Los organizadores han firmado con más de 60 empresas, que han pagado unos 3.300 millones de dólares para asociar su marca a los Juegos. El COI también tiene 14 patrocinadores a largo plazo como Coca-Cola y el fabricante semiconductores Intel, que según medios pagan unos 100 millones de dólares por asociarse con los Juegos.

También se han vendido millones de entradas. No está claro qué ocurriría si las competiciones se celebran sin público. Los boletos llevan una cláusula de fuerza mayor que podría eximir a los organizadores de devolver el dinero.

Los organizadores esperaban ingresar 800 millones de dólares por la venta de boletos.

«La pandemia está cambiando el deporte en todo el mundo», dijo Doug Arnot, que ocupó puestos directivos y de consultoría en ocho comités organizadores olímpicos.

«Esto no trata solo de Tokio», dijo el consultor de Los Ángeles, que trabajó en la candidatura de Tokio pero ya no trabaja en el equipo organizador. «Esto trata sobre los megaeventos del mundo. Este virus ha cambiado la forma en la que vemos estos eventos. El deporte quiere ser un miembro responsable de la comunidad global».

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