Amy Goodman y Denis Moynihan
Cinco millones. Esa es la cantidad de cacheos que realizó la policía de la ciudad de Nueva York en el marco del programa conocido como “Detener y cachear” cuando el multimillonario Michael Bloomberg se desempeñaba como alcalde de la ciudad. “Detener y cachear” es cuando la policía detiene a una persona en la calle, generalmente forzándola a poner las manos contra la pared, y procede a cachearla de forma agresiva en busca de armas o sustancias ilegales. Esta semana, el exalcalde, que según las últimas encuestas ha incrementado su intención de voto en la contienda por la candidatura presidencial demócrata para las elecciones de este año, emitió una disculpa por el procedimiento de detener y cachear, en la que afirmó que era una práctica policial “que había heredado”. Pero, en realidad, después de que Bloomberg asumió como alcalde en 2002, este procedimiento del Departamento de Policía de Nueva York aumentó en un 700%. La gran mayoría de las víctimas de esta práctica policial fueron jóvenes negros y de color. Las estadísticas mostraron que, de entre todos los que fueron cacheados, los sujetos blancos tenían el doble de probabilidades de portar un arma. A pesar de eso, solo el 10% de los cacheados eran blancos.
Esta política intimidatoria causó terror en las comunidades de color de la ciudad de Nueva York. La indignación ciudadana se manifestó a través de una serie de marchas multitudinarias, una de ellas frente a la mansión de Bloomberg en el lujoso barrio del Upper East Side. En 2013, el Centro por los Derechos Constitucionales finalmente ganó una demanda contra el programa, cuando el tercer mandato de Bloomberg como alcalde estaba llegando a su fin. La jueza federal Shira Scheindlin escribió en la argumentación de su fallo: “Esta es una forma indirecta de discriminación racial. Conduce a los oficiales de policía de la ciudad de Nueva York a detener y registrar a negros e hispanos que no hubieran sido detenidos si hubieran sido blancos”.
Scheindlin impuso estrictas reformas al Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York con supervisión del tribunal para asegurar su implementación. El gobierno de Bloomberg apeló el fallo y obtuvo una sorprendente victoria legal: el tribunal de apelaciones no solo emitió una suspensión de las reformas impuestas y permitió que se siguiera con la práctica de detener y cachear durante la apelación, sino que, en una medida inusual, el tribunal también retiró a la jueza Scheindlin del caso. El gobierno de Bloomberg también estuvo detrás de los intentos de desacreditar a Scheindlin, al vender en los medios de comunicación la idea de que la jueza tenía un sesgo contra la policía.
Finalmente, Bill de Blasio ganó las elecciones para el cargo de alcalde y reemplazó a Bloomberg, y su gobierno retiró la apelación. El uso de la práctica de detener y cachear por parte de la policía ha caído de manera vertiginosa durante el mandato de de Blasio, y el observatorio designado por la jueza Scheindlin sigue examinando el cumplimiento de las órdenes del tribunal por parte del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York.
Hace un año, Michael Bloomberg dejó en claro que no iba a postularse a la Presidencia. Dijo que era algo que no podía hacer “a menos que estuviera dispuesto a cambiar todos mis puntos de vista y emprender lo que CNN llamó ‘un tour para pedir disculpas’”. En noviembre cambió de parecer. Ante un público de feligreses mayormente afroestadounidenses en el Centro Cultural Cristiano de Brooklyn, Bloomberg dijo, refiriéndose a la práctica de “detener y cachear”: “En aquel entonces estaba equivocado y lo lamento”. Una semana después, anunció su candidatura a la Presidencia.
Las disculpas de Bloomberg continúan. Recientemente emitió una declaración sobre el programa de “detener y cachear” que dice: “Como parte de nuestro esfuerzo por detener la violencia con armas de fuego, se usó en exceso. Para cuando dejé el cargo lo había reducido en un 95%, pero debería haberlo hecho antes y más rápido. Lo lamento y me he disculpado por ello, y he asumido la responsabilidad por tomarme demasiado tiempo para comprender el impacto que tuvo en las comunidades negras y latinas”.
Bloomberg emitió su disculpa más reciente poco después de que salieran a la luz dos grabaciones comprometedoras. Una de ellas, de una charla que pronunció en el Instituto Aspen en 2015, registró a Bloomberg diciendo: “El 95% de los asesinatos –tanto los asesinos como las víctimas de asesinato– encajan en un modus operandi. Se puede simplemente tomar la descripción, fotocopiarla y pasársela a todos los policías. Son sujetos masculinos, pertenecientes a minorías, de entre 16 y 25 años. Eso es así en Nueva York y es así en prácticamente todas las ciudades”. Bloomberg continuó: “Hay que poner a esos policías donde está el crimen. Esto significa desplegarlos en barrios habitados por minorías. Sí, es verdad. ¿Por qué lo estamos haciendo? Es donde está todo el crimen. La forma de sacarles las armas de las manos a los niños es arrojándolos contra la pared y cacheándolos”.
¡El audio fue descubierto por el periodista Benjamin Dixon, quien concedió una entrevista sobre el tema a Democracy Now!: “Estaba en internet. Estaba escondido a plena vista. De hecho, el equipo de Bloomberg solicitó que el video del Instituto Aspen no se publicara. Llevaba cinco años en internet. Pude aislarlo, cortarlo y hacerlo un poco más audible. Y sentí que el audio tenía un impacto significativo que las palabras del artículo no tenían. Sentí que la gente necesitaba escuchar su voz diciendo estas cosas”.
En otra grabación de audio, de 2013, de la radio WOR de Nueva York, el entonces alcalde Bloomberg dijo: “(Ellos dicen que) se trata de un porcentaje desproporcionado de un grupo étnico en particular. Yo creo que estamos deteniendo de forma desproporcionada a demasiados blancos y muy poco a personas de minorías”.
Hasta su campaña presidencial, Michael Bloomberg se mantuvo firme en su postura; con la misma firmeza con que la policía de la ciudad de Nueva York apunta sus armas a las comunidades de color. Ahora que necesita que estas mismas comunidades voten por él en todo el país, se disculpa por haberlos atacado. Lo lamento, alcalde Bloomberg, pero su disculpa no es suficiente. Y llega demasiado tarde.