Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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La documentación presentada por la Fiscalía Especial Contra la Impunidad en el caso de Gustavo Alejos y su apretada agenda recibiendo a comisionados, candidatos a magistrados y diputados en la oficina que gentilmente le fue habilitada en el hospital donde “recibía atención médica”, se refiere únicamente a los días comprendidos del 12 al 16 de febrero de este año, por lo que se tiene que entender apenas como una muestra de las operaciones que venía realizando para influir y decidir en la articulación del Sistema de Justicia en Guatemala. Algunos comentan que son seis los postulados que fueron vistos por la FECI llegando a entrevistarse con Alejos, pero no toman en cuenta que éste venía trabajando intensamente, de hecho, más que de sol a sol, desde que fue enviado a ese centro asistencial que debe ser una maravilla oculta y secreta, dado el interés que tienen tantos personajes para que sea allí donde les atiendan.

Gustavo Alejos es una persona que realiza su trabajo de forma meticulosa y con gran dedicación y eso lo saben todos los que lo conocen. Habiendo permanecido en ese hospital durante varios meses, disponiendo de las facilidades que tuvo para realizar toda clase de reuniones, es natural pensar que no descansó ni los fines de semana porque utilizó cada una de las horas disponibles para ejecutar su plan de controlar las Cortes, mismo que incluyó, por supuesto, la coordinación de las bancadas que conformaron la alianza oficialista que logró ganar la Junta Directiva del Congreso de la República el 14 de enero de este año. Ya se había dicho que los grandes operadores de esa alianza fueron Alejos, su pariente Felipe Alejos, Sandra Torres y la gente de la UCN de Mario Estrada, quienes negociaron con la bancada del partido que había llevado al poder a Alejandro Giammattei para asegurar una aplanadora que no sólo se asegurara la directiva, sino que además garantizara la elección de los integrantes del Poder Judicial.

De suerte que pensar que de los postulados “apenas seis” llegaron a entrevistarse con Alejos es una falacia porque en todo caso serían apenas seis los que llegaron en los días del operativo de la FECI, pero tomando en cuenta el ritmo de actividades de esos pinches cinco días, hay que hacer proyecciones para entender que la romería fue constante y consistente.

Lo que debe entenderse es que todo el proceso está viciado por el proceder de Alejos y sus socios porque es tanto su control que tienen una aplanadora en el Congreso de la República para asegurar el éxito de su empeño por tener un Sistema de Justicia peor que el actual, lo cual ya es demasiado decir, puesto que el compromiso de los electos será enterrar todos los casos que empezó la CICIG y por ello es que es tanto el interés que hay para que, a pesar de las evidencias, se apresure la elección de los que ya fueron postulados por las respectivas comisiones. Repito que el trabajo ha sido descomunal y muy costoso, porque por supuesto que ha corrido dinero desde la elección de la directiva del Congreso hasta la elección de magistrados pasando por las postulaciones y para proteger su inversión hasta emiten comunicados pidiendo que no se postergue ya más la votación de los diputados.

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