Francisco Cáceres

caceresfra@gmail.com

Nació en Guatemala el 19 de Julio de 1938; tiene estudios universitarios y técnicos en ciencias jurídicas y sociales, administración empresarial, pública, finanzas, comunicación, mercadeo y publicidad. Empresario, directivo, consejero y ejecutivo en diversas entidades industriales, comerciales y de servicio a la comunidad. Por más de 28 años consecutivos ha sido columnista en este medio.

post author

Francisco Cáceres Barrios
caceresfra@gmail.com

El Gobierno para lo verdaderamente importante nunca tiene pisto, pero sí y hasta de sobra para comer camarones hasta el hartazgo. Si el estimado lector no lo sabía, la SAAS forzosamente tuvo que hacer la publicación que ordena la ley para comprar 250 cajas de 5 libras, con valor cada una de Q360, lo que significa una erogación total de Q90 mil. Desde que me enteré de esto, me imaginé con cuántos guisos degustará estos camarones la familia real de don Jimmy, mientras allá, por la montaña o por las praderas del oriente no hay uno, sino miles de chirices que no tienen siquiera en su plato de peltre los frijoles con chile y tortilla tradicional, por lo que los índices de mortalidad infantil no hay modo que desciendan ejemplarmente.

Los chapines nos hemos quejado mil veces del por qué los diputados utilizan el hemiciclo parlamentario para hartarse a cualquier hora del día y según parece, tantas quejas y señalamientos al menos sirvió para que lo sigan haciendo pero, ya no en el hemiciclo, sino en los lujosos despachos que a costa del erario nacional disfrutan o en la cafetería del Organismo, en la que el menú gourmet es tan variado como el mejor restaurante del Centro Histórico. Pero con eso de los camarones, me parece que los diputados se quedaron chiquitos, insignificantes, ante la opípara alimentación del primer mandatario, familia y colaboradores.

Mientras esto acontece en nuestro país, ahora les cuento a los lectores que tampoco hay pisto para resguardar nuestros tesoros patrimoniales existentes en 580 centros prehispánicos, dura experiencia que amerita desarrollar toda una estrategia, no solo para preservarlos sino para acondicionarlos de tal manera que puedan ser exhibidos a tantos turistas, científicos, historiadores y demás personas que les apasionan estos asuntos y que, ya quisieran tener en sus propios países el tesoro del que nuestro pueblo resultó ser el heredero. ¿Qué pasa señor ministro de Cultura que no ha pegado el grito al cielo para preservar tan valioso e importante tesoro nacional?

No cabe duda entonces que los chapines, con esa indolencia que nos caracteriza, seguimos dejando hacer el mal manejo de los recursos del Estado que por años han venido permitiendo la sustracción de los mismos para que ahora, hayan chapines turistas en todos los continentes del orbe disfrutando de propiedades, lujos y comodidades que debieran haber sido invertidos en programas como los mencionados, no digamos para combatir eficazmente la hambruna en que vive nuestra población más pobre y ¿qué decir del pretendido pago de “indemnización” a supuestos militares que el gobierno está analizando bajo la presión de impedir el próximo proceso electoral?

Advertimos con suficiente anticipación, desde cuando se discutía el actual aprobado Presupuesto, que debía tenerse sumo cuidado con el gasto público en época electoral y la diputada Nineth Montenegro ya nos contó que Q134 millones se han gastado en veinte días, cuatro ministerios de Estado con la orientación clientelar acostumbrada.

Artículo anteriorEl hiperpartidismo de cara a las elecciones presidenciales en Guatemala
Artículo siguienteA propósito de las formas de enfrentar la justicia