Ya Juan Carlos Monzón relató cómo es que se concretó en plena Semana Santa en las playas de Cancún el negocio con los españoles para crear la Terminal de Contenedores Quetzal y fue precisamente en Miércoles Santo cuando Otto Pérez Molina anunció la autorización de eso que se ha probado como un descarado trinquete que fue avalado después hasta por la misma Procuraduría General de la Nación por lo que, con todo y haber sido declarado nulo el contrato, sigue funcionando.

Ahora se habla de otro madrugón de los muchos que, aprovechando feriados largos, hemos recibido los guatemaltecos. Hoy se anunció que el gobierno dispuso autorizar un largo puente para el principio de la semana próxima, concediendo permiso laboral con goce de sueldo al sector público el día 30 de abril, para unir el descanso del 1º. de mayo con el del fin de semana. En otras palabras, del 28 de abril al 2 de mayo habrá feriado y se espera que mucha gente aproveche para desplazarse a sitios turísticos o a sus lugares de origen.

Y, como decía la vieja canción, “aprovechando la oscuridad del punto”, se pretende proceder a la expulsión del Comisionado Iván Velásquez para descabezar a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala pretextando que esa entidad ha atentado contra la Seguridad Nacional de nuestro país, extremo que será marcado por una resolución del Consejo Nacional de Seguridad, en donde están los ministros de Defensa, Relaciones Exteriores, Gobernación, el Secretario de Análisis Estratégico y aquella misma Procuraduría General de la Nación cuya titular allanó el camino para que TCQ pudiera operar prácticamente de facto.

La apuesta histórica ha sido que la población en días de feriado se desentiende de lo que ocurre a nivel nacional y por ello muchas decisiones, entre ellas una para aumentar el precio del pasaje de cinco a diez centavos, se tomaron precisamente en los días previos a largos feriados que son aprovechados por una población que se pasa la vida entre el trabajo y el transporte sin tiempo para dedicar a su familia ni al esparcimiento.

En este caso, por la evidente urgencia que tiene el Presidente de impedir que en el proceso por financiamiento electoral cuando los implicados sean llamados a declarar lo mencionen a él, puede decirse que si bien se ha preparado todo para un madrugón del más viejo estilo, también es cierto que el asunto no será sorpresa porque ha trascendido hasta con detalles el plan para decretar un Estado de Sitio que ofrezca espacio para maniobrar sin cortapisas, lo que hace toda jugada cantada.

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