Bonn (Alemania)
Agencia (dpa)
Seis años después de que las autoridades confiscaran miles de obras de arte en varias viviendas del coleccionista alemán Cornelius Gurlitt, la Bundeskunsthalle de Bonn inauguró ayer la segunda parte de una exposición en la que se exhibe por primera vez al público el espectacular hallazgo.
El museo germano completa así la muestra «Inventario Gurlitt», cuya primera parte fue inaugurada ayer en la capital suiza, en Berna. La exhibición permite contemplar unas 400 obras, cerca de 250 en Alemania y de 150 en el país vecino. Entre ellas, destacan algunas piezas expoliadas por los nazis al ser consideradas «arte degenerado».
Todas las obras fueron descubiertas en 2012 entre los más de mil 500 cuadros que el octogenario guardaba en su apartamento de Múnich y en una casa que poseía en la ciudad austríaca de Salzburgo.
Eran obras de pintores famosos como Monet, Cézanne, Renoir, Dix, Nolde o Beckmann integraban esta colección que Cornelius Gurlitt había heredado de su padre, Hildebrand Gurlitt, uno de los marchantes de arte de Adolf Hitler que se encargaba de vender a cambio de divisas las piezas vanguardistas que en opinión del dictador deberían ser vilipendiadas.
Poco antes de que en mayo de 2014 muriera a los 81 años, Gurlitt declaró al Museo de Berna único heredero de la colección que había mantenido oculta toda su vida. Su prima Uta Werner recurrió la validez el testamento, argumentando que no estaba en posesión de sus facultades mentales cuando lo redactó.
Sin embargo, más tarde, la justicia alemana dictaminó que el testamento era válido y el museo suizo pasó a ser el legítimo dueño de la colección.
El grupo de investigadores que estudia la espectacular colección de arte de Cornelius Gurlitt ha identificado hasta el momento seis obras de arte que fueron expropiadas a sus dueños por los secuaces de Hitler y ahora el Gobierno alemán se ha comprometido a devolver a sus legítimos propietarios.