Gladys Monterroso
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«El pensamiento está libre de impuestos.»
Martín Lutero
Cuando se aprueba y publica el Presupuesto, el mismo se realiza con base en dos principios básicos, se proyectan los ingresos, proyección que se asemeja a lo que en Derecho civil se denomina una esperanza incierta, y los gastos se comprometen, lo que en Derecho significa: Se cumplen por ley, a los largo de la historia, los ingresos establecidos en el Presupuesto se ajustan con base en préstamos, y los gastos se diluyen en gastos administrativos y corrupción.
En relación a los ingresos, el año fiscal recién pasado, el ingreso tributario aumentó, pero no fue porque se recaudaran más tributos en tiempo real, fue sencillamente, porque se ejercieron acciones legales coercitivas de periodos fiscales de años anteriores, sin embargo, aunque parezca no creíble, mientras más se cerque a los contribuyentes, (Mal llamados tributarios ya que el mismo DRAE, reconoce al termino mencionado como un adjetivo no como sujeto) para que paguen impuestos, menos inversión habrá en el país, y por lo tanto menos ingresos provenientes de los impuestos generados.
El problema anteriormente mencionado, ha sido una constante sin importar si quien recauda los impuestos es un ente u otro, el problema de fondo de la falta de cumplimiento de la meta tributaria, estriba en un sistema tributario inviable para el país, en el que desde el Congreso las mismas leyes son creadas con lagunas, ya que, de los congresistas muy pocos saben de los elementos del impuesto, así como de que manifestación de riqueza debe ser gravada, y quienes deben ser los sujetos pasivos, dejando vacíos, posiblemente a propósito en la misma ley, para promover la elusión fiscal, institución que consiste, en dejar de pagar impuestos utilizando la misma ley.
Un sistema impositivo mal regulado provoca poca inversión tanto nacional como internacional, baste ver los centros comerciales convertidos en parques de cemento, a donde las personas, a falta de verdaderos parques, y de seguridad, acuden, a pasar sus ratos de ocio, como refaccionar, y en el peor de los casos, solamente salir de paseo, utilizando un término muy chapín van a estos espacios físicos a vitrinear (Observar vitrinas de los almacenes sin comprar) no se puede esperar que se cumpla con la meta tributaria, si no existe generación de impuestos, porque el país no ofrece varios elementos que el inversor necesita, como los siguientes: a) Seguridad jurídica en el campo tributario, lo que significa que no le cambien las reglas de juego con criterios antojadizos por parte de las autoridades de turno, b) Certeza jurídica en el ámbito tributario, lo que es lo mismo, que las leyes no se modifiquen constantemente, de tal forma que lo que hoy no es un hecho generador de un impuesto, mañana si lo sea, y c) Seguridad personal, en un país en el que el número de muertos diarios entre hombres y mujeres supera muchas veces los veinte, ningún inversionista se puede sentir seguro de querer invertir.
Adicional a lo anterior, baste con leer cualquier medio de comunicación tradicional, especialmente elPeladero, para darse cuenta que la corrupción sigue campeando a sus anchas en el país, sin que exista la más mínima intención de erradicarla, ya que de poco ha servido que el Mariscal Zavala se encuentre más que lleno, por un presunto corrupto en proceso dos más surgen, nos encontramos ante un caos administrativo y judicial.
Por lo anteriormente expuesto, la meta tributaria difícilmente se pueda cumplir, más aun si tomamos en cuenta que el presupuesto aprobado desde su misma aprobación viene desfinanciado, y dentro del periodo fiscal, desde enero se inician a gestionar préstamos por parte del Ministerio de Finanzas, y posteriormente aprobados por el Congreso (Según noticias de prensa antes negociada la respectiva mordida) el Presupuesto no solamente es desfinanciado porque los ingresos son proyectados no comprometidos, y porque los pagos tanto a capital como a intereses crecen más cada año, es imposible crear las condiciones para unas finanzas sanas.
