Por Lenina García
Primera llamada
El sábado 30 de julio se presentó en el Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias la ópera: “Rigoletto”, con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Francesco Maria Piave, basada en la obra teatral: “El Rey se divierte” del escritor francés, Víctor Hugo.
Teatro, música, bel canto, artes visuales… la velada fue una fusión de belleza. Las luces, los efectos especiales del escenario giratorio, el vestuario de la época, los matices de las voces, la representación de los personajes, la orquesta en vivo, todo hilvanado de forma magistral para reavivar los sentidos del público.
Fue una ocasión significativa para las artes en el país, ya que en palabras de los organizadores, desde hace varios años atrás no se presentaba una Ópera de tal envergadura. La organización misma del evento fue un trabajo arduo de más de un año, dirigido por la Compañía: “Querido Arte”, a cargo del tenor Mario Chang y la soprano María José Morales, quienes a través de este proyecto cultural promueven el desarrollo de las artes en Guatemala, involucrando a jóvenes y artistas guatemaltecos en oportunidades de desarrollo y formación.
La presentación de esta Ópera da la pauta para reflexionar sobre la importancia del arte en Guatemala y los desafíos que persisten en un país donde su difusión y promoción, ha sido un tema pendiente.
Segunda llamada
¿De dónde radica la trascendencia de Rigoletto? ¿Por qué a pesar de los años permanece vigente?
Esta ópera data de 1851 y tiene como personaje principal a Rigoletto, un bufón jorobado de la corte del Ducado de Mantua (Italia), quien encarna las contradicciones del ser humano, la paradoja de vivir en un mundo de apariencias y asumir el rol de “hacer reír a la gente”, a costa de ocultar su dolor y su verdadero sentir frente al mundo. Otro de los personajes protagónicos es el Duque de Mantua, quien representa el poder, la superficialidad, los excesos de la corte y la hipocresía. También se encuentra Gilda, hija de Rigoletto, quien da vida al espíritu romántico de la época, conduciendo sus emociones al extremo y fungiendo como contrapunto en un mundo hostil y violento.
Entre estos tres personajes surge un drama intenso de pasión, engaño, amor filial y venganza, que refleja el contexto histórico del Romanticismo en Europa, caracterizado por el ansia de libertad y el profundo rechazo hacia el absolutismo de la Monarquía y la Iglesia.
La obra fue censurada en esa época, al ser acusada de manifestar el libertinaje y corrupción del rey. Para ser presentada en el Teatro de la Fenice de Venecia, se tuvieron que realizar cambios en los nombres de los personajes y otras escenas.
Rigoletto es considerada una obra clásica de la Ópera, tanto por su calidad estética, como por la relevancia de su contenido. El exceso de poder, los lujos, la doble moral, las apariencias, el pensamiento absolutista reflejado en las formas de gobierno, en la religión, son elementos que se mantienen vigentes a la fecha. Basta observar el contexto nacional y global, ante la constante política de consumo, despilfarro y carencia del sentido humanitario. He allí la importancia del arte como expresión humana, como aproximación a la realidad de una época, como un puente para deconstruir mitos y crear otros. Inventar nuevos lenguajes, nuevos universos.
Tercera llamada
Al presenciar la Ópera de Rigoletto en una sala llena, con decenas de artistas que a través de la palabra, el sonido, la imagen crean un mundo de belleza y armonía, es imposible no concebir al arte como una vía de emancipación. Y es allí donde surge la imperante necesidad de que el arte y la cultura sean prioridad en nuestro país y para ello la inversión en Educación es vital. Además de reivindicar el papel de las Bellas Artes y las Humanidades, cuyos recursos e infraestructura en las casas de estudio son sumamente limitados.
El arte también debe estar al alcance de las mayorías, de manera que la posibilidad de apreciar un concierto, una ópera, una obra de teatro, no sea un privilegio, sino un derecho. El derecho a acceder a la cultura. El papel del Estado en esta tarea es imprescindible para la formación de la población y la transformación de su realidad.
El sueño es que algún día existan más presentaciones de calidad como la de Rigoletto y que surjan otras expresiones artísticas, en el contexto urbano, rural, a partir de la enorme riqueza cultural de los pueblos, de las realidades cotidianas. El anhelo es que algún día, el telón del teatro no deje de abrirse.