Desde la pretendida narrativa de un supuesto fraude electoral encausada por los partidos políticos perdedores la noche del viernes 30 de junio, en contubernio con las cortes (principalmente de la Corte de Constitucionalidad y posteriormente la Corte Suprema de Justicia), se inició una espiral de convulsión sociopolítica que hoy nos tienen sumidos en una crisis montada con aviesos y particulares intereses en contra de la mayoría de la población que se expresó en las urnas, primero el 25 de junio y luego el 20 de agosto del año en curso.

En esa línea de narrativa, la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos, así como otras agrupaciones con igual cometido (de observación electoral), han podido constatar la intromisión abusiva, ilegal y prepotente del Ministerio Público a través de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, para entorpecer, anular y desacreditar los comicios verificados en las fechas antes mencionadas y con ello burlar la voluntad ciudadana a través del voto.

A partir de entonces, tanto el partido Movimiento Semilla, como algunas organizaciones de la Sociedad Civil, han solicitado por las diversas vías contempladas en nuestra legislación vigente, que se respete el voto y no se vulnere la frágil democracia electoral guatemalteca. Las Autoridades Ancestrales de la población indígena también interpusieron los recursos legales correspondientes y en la totalidad de los casos, hasta el diez de octubre, ha sido denegada la aplicación de la justicia y en adición, se han emitido resoluciones con carácter ambiguo que no han contribuido a solucionar una crisis provocada desde las propias esferas de la institucionalidad pública, con un único hilo conductor por todos conocido.

Desde el lunes dos de octubre, de manera pacífica en el marco del auténtico espíritu de los guatemaltecos, se han producido expresiones de rechazo a esas intenciones acertadamente calificadas de “golpe de Estado en proceso”. La población de manera contundente, pero sin violencia ha evidenciado el hartazgo producido por unos cuantos funcionarios y “políticos” proclives a la corrupción en contubernio con un empresariado depredador caracterizado por su voracidad, tendencia al latrocinio, el abuso y a la impunidad como forma enriquecimiento y aumento de sus dividendos.

Así, tres guatemaltecos a nombre del grupo de ciudadanos que conformamos el Movimiento por la Democracia, sabiendo de la presencia de la Misión de Mediación de la Organización de los Estados Americanos, dirigió una misiva este martes 10 de octubre para ilustrar a los mediadores sobre el contexto nacional, al margen del discurso gubernamental y complementario a las circunstancias ampliamente conocidos por los guatemaltecos y las reiteradas mentiras del gobernante y sus funcionarios relacionados con la crisis por ellos provocada y hoy padecida.

Esta es la misiva cursada, para que se conozca ampliamente la verdad alrededor del origen de los bloqueos derivados del agotamiento y la manipulación del régimen de legalidad por fiscales, jueces y magistrados que han incurrido en prevaricato.

Artículo anteriorAmparo provisional para reprimir reuniones pacíficas
Artículo siguienteComo dos gotas de agua