Las altas temperaturas que se registran en España durante la época estival favorecen la deshidratación. Foto la hora. Dpa.

MADRID
Agencia dpa / (Europa Press) –

La doctora Natalia Galán, nutricionista de Blua de Sanitas, ha advertido de que las altas temperaturas que se registran en España durante la época estival favorecen la deshidratación, que si no se controla «puede acarrear consecuencias graves para la salud como la alteración del sistema cognitivo», especialmente en la población más vulnerable, como niños, mayores y embarazadas.

«Los primeros síntomas de deshidratación se producen cuando se ha perdido un 2 por ciento del agua corporal y se concretan en una sensación de sed y malestar, pudiéndose presentar sequedad de piel y pérdida de apetito. Si la pérdida de agua es de un 5 por ciento, aparece somnolencia, dolor de cabeza, náuseas y hormigueo en alguna de las extremidades, hasta llegar al delirio si la pérdida alcanza entre un 10 y 15 por ciento», indica Galán.

El cuerpo humano se compone en un 60 por ciento de agua, la cual se utiliza para funciones básicas como la regulación de la temperatura corporal, la lubricación de las articulaciones o la eliminación de los desechos. Por tanto, mantenerse hidratado es fundamental, especialmente teniendo en cuenta que en el periodo estival se pierde mayor cantidad de H2O que en otras épocas del año, debido a un incremento de la transpiración.

Además, desde la Sociedad Española del Corazón (SEC) alertan de que la deshidratación causa una contracción del tejido cerebral que se asocia a un aumento del volumen ventricular, llegando a afectar negativamente en la respuesta de nuestro cerebro a una actividad intelectual.

La experta apunta que hasta un 80 por ciento de la hidratación debe provenir de la ingesta de agua, pudiendo tomar también infusiones frías o aguas saborizadas, pero el 20 por ciento restante se debe obtener a través del consumo de alimentos con un alto contenido hídrico. «Para ello, conviene incorporar estos alimentos en la dieta diaria e incluirlos en diferentes recetas para facilitar y hacer más agradable su ingesta», asegura.

«Las frutas son los alimentos por excelencia para ayudar a prevenir la deshidratación. El melón o la sandía, compuestos en casi un 95 por ciento por agua, o la manzana, que roza el 84 por ciento, pueden suplir la pérdida de líquidos corporales. Prepararlos en una macedonia, o en forma de zumo por ejemplo, los convierte en un plato perfecto para el verano», explica Galán.

Además, detalla que los vegetales de hojas verdes, como la lechuga o las espinacas, también son «grandes aliados» en este sentido, con porcentajes de agua similares a los de las frutas mencionadas. «El apio es otro vegetal con un alto contenido hídrico, que se puede consumir en ensaladas o cremas frías como el gazpacho», agrega la experta.

A su juicio, también resultan «muy aconsejables» cereales como el arroz, que al cocinarse acumula hasta un 70 por ciento de agua, las sopas o los yogures, que facilitan la absorción de agua por parte del intestino. «Es importante recordar que debemos evitar realizar ejercicio físico en las horas centrales del día, ya que podemos favorecer la deshidratación y, además, es fundamental aumentar nuestra ingesta de líquidos cuando realizamos deporte», concluye.

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