Por Andrei Sokolov y Hannes Breustedt
Tempe/San Francisco
Agencia (dpa)

A nadie del sector automotor le gusta hablar del tema, pero todos sabían que llegaría el día en el que se produjera un accidente mortal con un vehículo autónomo.

La industria suele minimizar el riesgo asegurando que los vehículos sin conductor son una mejora porque evitan muchas de las situaciones en las que hoy las personas provocan accidentes. Aunque por supuesto reconoce que cuando haya muchos automóviles autónomos circulando, no se podrá evitar que haya eventualmente víctimas mortales.

Sin embargo, la realidad al final fue diferente. La primera persona muerta en un atropello de un vehículo autónomo se produjo mucho antes de que los taxis robots sean cosa de todos los días en las grandes urbes. En la ciudad estadounidense de Tempe, de unos 180 mil habitantes, un carro de prueba de la empresa de transporte Uber atropelló a una mujer de 49 años que cruzaba la calle y poco después la víctima murió en el hospital. Según la Policía, el Volvo-SUV reconvertido en autónomo no hizo ningún intento de frenar.

La jefa de Policía de Tempe mostró comprensión por el conductor de seguridad que iba en el vehículo tras el volante: Eran las 22:00 horas, estaba oscuro y la mujer salió de la nada y atravesó la calle fuera del paso de peatones. El conductor no la vio hasta que se produjo el atropello. Las múltiples cámaras del vehículo sirven de prueba.

Pero ¿por qué los numerosos sensores que lleva el vehículo no detectaron que una persona que empujaba una bicicleta se movía junto a la carretera y podría cruzarla? Controlar los movimientos de los otros implicados en la circulación es la tarea clave de la conducción autónoma. Para responder a esta pregunta se analizarán innumerables datos que ha recopilado el automóvil.

Lo que está claro es que tanto para Uber como para todos los consorcios tecnológicos y automotores el accidente llega en mal momento, porque se juegan el futuro de los vehículos robot.

En Estados Unidos se están negociando a toda velocidad las reglas que se aplicarán a estos vehículos. La semana pasada Uber y Waymo -empresa hermana de Google- instaron a las autoridades a actualizar las leyes cuanto antes y despejar el camino para su tecnología. Ahora esta iniciativa queda frenada con el accidente.

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