Londres/ Guelph, Canadá
Agencia/dpa

A la hora de elegir pareja, la mayoría prefiere un compañero generoso a uno rico, según revela un estudio publicado hoy en la revista científica «Royal Society Open Science».

¿Qué pasa cuando hay que elegir entre una persona rica y tacaña y otra pobre y justa? Esta es la pregunta que intentaron responder Nichola Raihani, investigadora de la Universidad de Londres, y Pat Barclay, de la Universidad de Guelph (Canadá).

Para ello utilizaron un test psicológico denominado juego del dictador. En el estudio, 198 «dictadores» recibieron una cantidad de dinero y debían otorgar una parte, grande o pequeña, a los demás participantes. En esta serie de ensayos, 489 candidatos debían observar a los jugadores y después decidir de qué «dictador» querían recibir dinero en el siguiente juego.

En el primer escenario, la cantidad inicial en cada ronda no era estable y por lo tanto no había ningún «dictador» que pudiera ser siempre rico. En este caso, la mayoría de los candidatos, un 85,9 por ciento, eligió a los jugadores más generosos.

Los investigadores esperaban que ocurriera esto y confirmaron así la teoría de que cuando las condiciones de bienestar son inestables, se prefiere a las parejas más justas, pues la generosidad es un factor estable del que un compañero siempre se puede beneficiar. Por el contrario, la riqueza depende de factores externos como la suerte, según los investigadores.

En el segundo escenario, la cantidad inicial fue siempre la misma. Así que había «dictadores» que siempre eran ricos. Cuando todos los «dictadores», tanto ricos como pobres, mostraron la misma generosidad, el 90,2 por ciento de los candidatos eligió a un compañero rico para jugar.

Sin embargo, los investigadores se sorprendieron cuando algunos se mostraron justos y otros tacaños teniendo unas condiciones de bienestar estables. En este caso el juego estaba diseñado para que la cantidad más pequeña que pudiera dar un «dictador» rico fuera siempre más alta que la máxima cantidad que pudiera otorgar uno pobre. En este escenario, el 57 por ciento de los participantes eligió a los compañeros pobres y justos.

Los científicos intentan ahora entender por qué obtuvieron este resultado. Una explicación posible sería que los participantes pretendían imponer una especie de castigo y expulsar del juego a los más injustos. Según apuntan, este resultado podría ser el punto de partida de más estudios.

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