Por SETH BORENSTEIN
WASHINGTON
Agencia/AP

Un nuevo estudio federal sobre los posibles daños de la radiación de celulares en ratas halló un leve incremento en los tumores cerebrales en roedores de sexo masculino, e hizo que resurgiera la olvidada preocupación sobre la seguridad de pasar tanto tiempo con los teléfonos pegados a la oreja.

Pero el estudio tuvo tantos hallazgos extraños que causó que otros científicos resaltaran las fallas de la investigación, y los expertos indicaron que estos hallazgos, y aquellos de otros estudios, aún indican que el posible riesgo por la radiación de celulares es muy bajo.

El estudio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos bombardeó a ratas con radiación de teléfonos celular desde que estaban en el vientre y hasta sus primeros dos años de vida, y encontraron tumores en 2 o 3% de las ratas del sexo masculino, lo que los autores del estudio definieron como bajo. Las hembras no resultaron afectadas y, extrañamente, las ratas que no fueron expuestas a la radiación de teléfonos celulares murieron en una tasa mayor a los animales que sí estuvieron expuestos.

Los resultados son preliminares, fueron difundidos antes de publicarse oficialmente —y pese a fuertes críticas de otros científicos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH por sus iniciales en inglés)— porque los resultados eran similares a otros estudios que indican un problema potencial, dijo el autor del estudio John Bucher.

El estudio es parte de un esfuerzo de siete años y 25 millones de dólares dirigido por el Programa Nacional de Toxicología a petición de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). Analizó un tipo específico de radiación transmitida por celulares, llamada radiofrecuencia no ionizante.

Algunos de los propios analistas del estudio tuvieron problemas para aceptar los resultados por los factores extraños, como que ratas en el grupo que no fue expuesto no contrajeran lo que sería el número normal de tumores cerebrales para esa población.

«Soy incapaz de aceptar las conclusiones de los autores», afirmó el examinador externo, el doctor Michael Lauer, subdirector de la oficina de investigación extramuros de los NIH. «Sospecho que este experimento no está sustentado de manera importante y que los pocos resultados positivos encontrados reflejan el hallazgo de falsos positivos».

El hecho de que las ratas expuestas a la radiación sobrevivieron más tiempo que las que no fueron expuestas «me hace aún más escéptico a las aseveraciones de los autores», escribió Lauer.

Es el primer estudio en realmente mostrar que la radiación no ionizante causa cáncer.
Otis Brawley, jefe médico de la Sociedad Americana de Cáncer.

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