Por MALCOLM RITTER
NUEVA YORK
Agencia/AP

Científicos que buscan las raíces biológicas de la esquizofrenia se han centrado en un factor potencial: un proceso cerebral normal que por alguna razón se acelera. Los hallazgos podrían llevar algún día a desarrollar métodos para tratar e incluso prevenir la enfermedad.

El resultado –logrado por un análisis de genética y autopsia en tejido cerebral y ratones de laboratorio– será «un factor que altere la percepción» en términos de entender la esquizofrenia y ofrecer rutas para su tratamiento y posible prevención, dijo Bruce Cuthbert, subdirector del Instituto Nacional de Salud Mental, quien ayudó a financiar la investigación.

Un experto no relacionado con la investigación expresó que la conclusión del estudio aún no ha sido comprobada, pero es plausible.

Casi el 1% de la población general tendrá esquizofrenia en algún momento de su vida. Podrían escuchar voces o alucinar, hablar de ideas extrañas y creer que otras personas les leen la mente o conspiran en su contra.

Nadie conoce las causas del desorden, así que el nuevo resultado ofrece un posible vistazo a sus orígenes. El trabajo es reportado en un artículo publicado ayer por la revista Nature.

El hallazgo podría concernir a «una fracción importante de los casos, tal vez incluso a la mayoría», dijo el autor principal, Steven McCarroll, de la Facultad de Medicina de Harvard y el Instituto Broad de Cambridge, Massachusetts.

El resultado vincula el riesgo de esquizofrenia con un problema en un proceso normal que ocurre en la adolescencia y la juventud, cuando generalmente se presentan los síntomas de la enfermedad. Dicho rango de edad es cuando el cerebro reduce el número de sitios especializados de las neuronas donde las células se mandan señales unas a otras en un proceso llamado sinapsis. El nuevo artículo indica que hay una conexión con la esquizofrenia cuando este proceso se sale de control, borrando demasiadas sinapsis.

«Es como tener un jardinero que iba a podar los arbustos y repentinamente se vuelve hiperactivo», comentó Cuthbert. «Uno termina con arbustos demasiado podados».

El resultado no significa que el exceso de poda provoque la esquizofrenia. Podría promover la enfermedad en combinación con otros factores en el cerebro, apuntó McCarroll.

El trabajo comenzó como una investigación científica. Análisis previos del ADN humano indican más de 100 lugares que influyen en el riesgo de contraer esquizofrenia, pero las explicaciones biológicas detalladas de dichas influencias son muy escasas. El nuevo trabajo identificó un gen riesgoso y reveló evidencia para el concepto del exceso de poda.

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