Por SETH BORENSTEIN
WASHINGTON
Agencia/AP

Incluso para un mundo que se acostumbra al clima loco, mayo parece estar atorado en raro.

Aguaceros torrenciales en Texas llevaron a la región de sequías a inundaciones. Una ola de calor que ha matado a más de 1 mil 800 personas en la India. Temperaturas récord de 32 grados Celsius (91 Fahrenheit) en Alaska. Un par de tifones en lo alto de la escala en el noroeste del Pacífico. Y una sequía en el Este de Estados Unidos.

«La madre naturaleza sigue aventándonos cosas locas», dice la climatóloga de la Universidad de Rutgers, Jennifer Francis. «Ha sido una cosa tras otra».

Jerry Meehl, un experto en clima extremo del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, señala que mayo suele ser un mes bastante extremoso, con muchos tornados y aguaceros. Incluso así, dice, éste ha sido «inusualmente intenso».

La palabra «atorado» ofrece una posible explicación.

Francis, Meehl y otros meteorólogos dicen que la corriente en chorro está en un surco, sin permitir que circule el mal clima. El flujo de aire de alta velocidad a 9.100 metros (30.000 pies) sobre la Tierra normalmente guía las tormentas alrededor del globo, pero a veces se divide y se vuelve a reunir en algún otro lugar.

Una corriente en chorro atorada, con un poco de separación, explica los climas extremosos de Texas, la India, Alaska y el este de Estados Unidos, pero no los tifones, dice Francis.

Otros posibles factores que contribuyen al loco clima de mayo: el calentamiento periódico del Pacífico central conocido como El Niño, el cambio climático y variabilidad natural, dicen los científicos.

Por cada grado Celsius que se calienta el aire, puede contener 7% más de humedad. Eso, dice el climatólogo del estado de Texas John Nielsen-Gammon, «agrega más jugo al evento».

Aunque es muy pronto para conectar un evento individual al calentamiento provocado por el hombre, la bibliografía científica muestra que «cuando llueve fuerte, llueve más fuerte que hace 20 o 30 años», dice el profesor en meteorología de la Universidad de Georgia, Marshall Shepherd.

Si las inundaciones en Texas han sido malas, la ola de calor en la India ha sido mucho peor; de hecho, ha sido la quinta más mortal del mundo desde 1900, con registros de calor superior a 38 C (100 F). Y es consecuencia de la corriente en chorro atorada, según Francis y el director de meteorología en Weather Underground, Jeff Masters.

Cuando los climatólogos revisan las causas de los eventos extremos —un proceso complejo y tardado que aún no se ha hecho— las olas de calor son las que están definitivamente más conectadas al calentamiento global, dice Shepherd.

Se sabe que El Niño cambia el clima en todo el mundo, a veces haciendo las cosas más extremas. Este Niño en sí es raro. Fue pronosticado desde hace mucho, pero llegó mucho después y más débil de lo esperado. Así que los expertos retractaron sus pronósticos. Luego El Niño se volvió más fuerte muy rápido.

Algunos científicos han teorizado que la corriente en chorro ha estado cambiando en años recientes por la reducción del hielo del mar Ártico, una idea que no ha sido del todo aceptada pero que gana adeptos, dice Shepherd.

Katharine Hayhoe, una climatóloga de la Universidad Tecnológica de Texas, compara lo que sucede con una olla: pones fluctuaciones naturales del clima como El Niño, cambios de la corriente en chorro, mayo siendo un mes de transición, variabilidad local y algo de azar. Luego agrega los efectos directos e indirectos del cambio climático.

«Sabemos que el guisado tiene un ingrediente extra», dice Hayhoe, refiriéndose al cambio climático. «Ese ingrediente es muy fuerte. A veces agregas una cucharadita del ingrediente equivocado y vaya, puede volarte la cabeza».

 

Artículo anteriorHallan fósiles de especie de castor antes desconocido
Artículo siguienteIncertidumbre por Grecia afecta a Wall Street