El telescopio Webb, que se prevé lanzar en octubre, estudiará una parte de la Nebulosa de Orión, donde estrellas jóvenes y masivas emiten luz ultravioleta a la nube de polvo y gas de la que nacieron.
Esta intensa inundación de radiación está interrumpiendo violentamente la nube al romper moléculas, ionizar átomos y moléculas al eliminar sus electrones y calentar el gas y el polvo.
La investigación con el Webb se centrará en una parte de la nube radiada llamada la Barra de Orión para aprender más sobre la influencia que las estrellas masivas tienen en sus entornos, e incluso en la formación de nuestro propio sistema solar.
La Barra de Orión es en realidad una característica similar a una cresta de gas y polvo dentro de la espectacular Nebulosa de Orión. A poco más de 1.300 años luz de distancia, esta nebulosa es la región de formación estelar masiva más cercana al Sol. La Barra de Orión está esculpida por la intensa radiación de estrellas cercanas, calientes y jóvenes, y a primera vista parece tener la forma de una barra.
Es una «región de fotodisociación», o PDR, donde la luz ultravioleta de estrellas jóvenes y masivas crea un área de gas y polvo mayoritariamente neutra, pero cálida, entre el gas completamente ionizado que rodea a las estrellas masivas y las nubes en las que nacen. Esta radiación ultravioleta influye fuertemente en la química de los gases de estas regiones y actúa como la fuente de calor más importante.
Las PDR ocurren donde el gas interestelar es lo suficientemente denso y frío como para permanecer neutral, pero no lo suficientemente denso como para evitar la penetración de la luz ultravioleta lejana de estrellas masivas. Las emisiones de estas regiones proporcionan una herramienta única para estudiar los procesos físicos y químicos que son importantes para la mayor parte de la masa entre las estrellas y alrededor de ellas. Los procesos de radiación y disrupción de las nubes impulsan la evolución de la materia interestelar en nuestra galaxia y en todo el universo desde la era temprana de formación estelar vigorosa hasta la actualidad.
La Barra de Orión es representativa de lo que los científicos creen que fueron las duras condiciones físicas de las PDR en el universo hace miles de millones de años. «Creemos que en este momento, había ‘Nebulosas de Orión’ en todas partes del universo, en muchas galaxias», dijo Berné. «Creemos que puede ser representativo de las condiciones físicas en términos del campo de radiación ultravioleta en las llamadas ‘galaxias de explosión estelar’, que dominan la era de formación de estrellas, cuando el universo tenía aproximadamente la mitad de su edad actual».
La formación de sistemas planetarios en regiones interestelares irradiadas por estrellas jóvenes masivas sigue siendo una cuestión abierta. Las observaciones detalladas permitirían a los astrónomos comprender el impacto de la radiación ultravioleta en la masa y composición de estrellas y planetas recién formados.
En particular, los estudios de meteoritos sugieren que el sistema solar se formó en una región similar a la Nebulosa de Orión. Observar la Barra de Orión es una forma de comprender nuestro pasado. Sirve como modelo para aprender sobre las primeras etapas de la formación del sistema solar.