Desde los 6 años Alison Monzón ha practicado el deporte más conocido alrededor del mundo: el fútbol. Su primera motivación y apoyo hacia ella vino de su familia, ya que su padre jugó este deporte en equipos juveniles y su hermano también, así que al estar en un ambiente “muy futbolero” terminó enamorándose del mismo.
Alison relató a LH Nosotras su historia en el ámbito deportivo, las alegrías y experiencias que le ha brindado, así como los retos y su visión del deporte en el país.
SUS INICIOS
Las primeras ocasiones que involucran fútbol que Alison recuerda es cuando desde pequeña solía ir a ver jugar a su papá y hermano, fue así como este le llamó la atención, a los 6 años oficialmente comenzó a practicarlo y terminó enamorada de este deporte.
“A los 6 yo jugaba en los Campos del Roosevelt y después estuve en la Academia EMEFUT, la cual son varias escuelas que tiene la Municipalidad de Guatemala alrededor de la capital, estar allí me ayudó bastante a mejorar en el fútbol y a los 13 años inicié en el equipo en el que estaría prácticamente toda mi carrera Unifut Rosal”, describió la futbolista.
DESDE LOS 14 AÑOS EN LIGA MAYOR FEMENIL
Un año después de haber iniciado en el equipo de sus amores, Alison se adentraría al mundo de Liga Mayor Femenil cuando apenas era una adolescente.
“Unifut Rosal me abrió las puertas y así inicié en la Liga, a esa edad también ya había jugado algunos torneos de categorías menores con equipo de selecciones escolares de Guatemala y también estuve en Selección Sub-17 y Sub-20”, explicó.
No obstante, uno de sus mayores logros y alegrías vendría con ese equipo que confió en ella y en el que desarrollaría su carrera deportiva, cuando en 2018 Unifut Rosal consiguió un torneo internacional a nivel centroamericano: Un Uncaf.
UN CAMPEONANTO QUE MATERIALIZA ESFUERZO
En 2018 Alison fue parte de la escuadra de Unifut Rosal que compitió por el trofeo y primer lugar del torneo centroamericano, el mismo se llevó a cabo en Panamá, en la final las guatemaltecas derrotaron 1-0 a su homólogo de Moravia (club originario de Costa Rica).
Para la futbolista esta experiencia fue inolvidable porque pudo representar a Guatemala a nivel internacional y poner el nombre del país en alto.
No obstante, llegar a esa gloria y torneo no fue algo tan sencillo pues recalca que la sanción a Guatemala hace unos años por parte de la FIFA por los casos de corrupción en la Federación Nacional de Futbol de Guatemala (Fedefut) les impidió participar en Uncaf por un tiempo.
“La tercera ocasión que se realizó este torneo en 2018 pudimos competir en Panamá, eso fue algo muy valioso porque tener un torneo Uncaf es lo más importante que hemos conseguido en el equipo, ha sido maravilloso”, reconoció Alison.
A nivel nacional tiene 18 títulos y para ella este es el mejor equipo de Guatemala.
Otras experiencias muy valiosas que recalcó le han dado el fútbol es tener la oportunidad de conocer y experimentar países, ya que ha viajado y conoce toda Centroamérica, Jamaica, Francia y Madrid; lo que se traslada para Alison en “experiencias inolvidables”.
COMPLICADO
Sin embargo, la futbolista profesional reconoció que ser parte de este gremio a nivel nacional es “complicado”, porque debe aprender a llevarse un balance o muchas veces elegir entre una cosa u otra.
“Toma tiempo y disciplina, cuando estaba en el colegio, después me iba a practicar fútbol casi todo el día, regresaba a hacer tareas, y al día siguiente vuelta a la misma rutina. A veces me tocaba viajar y luego tenía que ponerme al día, eso lo logré hacer hasta los 16 años, después ya se me complicó un poco al entrar a la universidad”, explicó.
Al poco tiempo de ingresar a la universidad tuvo que comenzar a trabajar y estudiar, así como entrenar; al final Alison pudo equilibrar todas las actividades de su cotidianidad para mantenerse activa en el deporte y sobrellevarlo muy bien hasta los 24 años.
“Ahorita me tuve que dar una pausa porque el trabajo me lo pedía, ya no podía cumplir con los horarios de entrenamientos y tenía que elegir entre trabajo y fútbol; creo que esa decisión es algo muy común entre las futbolistas de Guatemala porque casi no se toma en serio el futbol femenino”, señaló.
UN ORGULLO
A pesar de los diversos obstáculos que representa ser una profesional de este deporte en el país para ella es un orgullo ser una futbolista en Guatemala, “sé que es difícil, pero a la vez es alegre poder hacer lo que a uno más le gusta”.
Desde su punto de vista ha visto que actualmente hay una mejora en este deporte en la rama femenil y que se cuenta con más apoyo, aunque recalcó que no se está a nivel de países cercanos como México o Costa Rica, con pasos lentos se está yendo en una buena línea.
Agregó: “He visto patrocinios e incentivos económicos para las jugadoras y creo que eso es bien importante porque las ayuda a motivarse y realizar lo que más les gusta que es el fútbol, cada vez hay más seguidores del deporte en esta rama y eso es bueno”.
Actualmente Alison es entrenadora de fútbol, una labor que le llena de orgullo, y con la que busca poder ayudar a otras chicas y chicos en la práctica de este el deporte, trasladar sus conocimientos y ser una red de apoyo para quienes desean involucrarse en este mundo deportivo y sobresalir en él.
Finalmente aseveró que a pesar de que actualmente la pelota no está rodando en sus pies como antes, trabajar de entrenadora y en lo que le gusta es un sueño hecho realidad.
FOMENTAR LA IGUALDAD DE GÉNERO
Este lunes 23 de mayo se celebra el Día Internacional del Fútbol Femenino, una efeméride que se creó en el año 2015 por la iniciativa de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) con el fin de impulsar la práctica de este deporte en niñas y mujeres en todo el mundo, pero también para visibilizar la importancia de fomentar una igualdad de género y equidad.
Esta fecha busca representar un estímulo para las futuras generaciones conquistando espacios que tradicionalmente han sido ocupados por el sexo masculino, y también incluye al cuerpo técnico y colaboradoras de este deporte.
De acuerdo con datos publicados por FIFPro en 2018, la industria del fútbol genera más de 500 millones de dólares cada año, pero un 49 por ciento de las jugadoras de fútbol profesional no reciben un salario y un 87 por ciento finalizará su carrera deportiva antes de los 25 años debido a la baja o nula remuneración.
Marion Reimers, una reconocida periodista deportiva explica que otro factor de la inequidad de género en este deporte se debe al poco apoyo que reciben las futbolistas, “el fútbol femenino recibe lo que sobra de todas las selecciones masculinas, por eso no cuentan con los materiales, el apoyo ni la representación necesaria dentro del ecosistema deportivo”.
En el más reciente mundial de fútbol femenino que tuvo lugar en Francia 2019, solo cuatro países representaron a América Latina y el Caribe: Argentina, Brasil, Chile y Jamaica.
Un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo evidencia que “el principal desafío fue que, de los 26 países latinoamericanos y caribeños, muy pocos cuentan con un equipo femenino profesional. A esto se sumó la decisión de CONMEBOL y CONCACAF -los entes continentales que gobiernan el fútbol en Sur y Norteamérica, respectivamente- por realizar la Copa América 2019 en Brasil durante las mismas fechas que el mundial femenino”.
Estos son solo algunos datos e información de personas expertas en el tema, y aunque se ha avanzado en la búsqueda de la equidad de género en el deporte más famoso a nivel mundial, las brechas siguen siendo altas y debe continuar trabajándose en ello.
Por ello desde LH Nosotras queremos invitar a quienes llegaron hasta el final de esta nota a que con pequeñas acciones comiencen un cambio en este ámbito, apoyar a sus conocidas que se dedican a esto, asistir y ver partidos de la rama femenil y sobre todo a apoyar a esas pequeñas que sueñan con algún día vivir del balompié.