
Cada 29 de abril se celebra el Día Internacional de la Danza, sin embargo, Adriana Leonni convierte esa conmemoración en su diario vivir desde que tiene memoria. Una joven a la que esta rama del arte la acompaña desde que estaba en el vientre de su mamá y que además le ha dado la oportunidad de optar por estudios superiores.
Adriana platicó con LH Nosotras sobre cómo han sido sus inicios en el mundo de la danza hasta convertirse en lo que es hoy.
DESDE MUY PEQUEÑA
La madre de Adriana le cuenta que desde que estaba embarazada y ponía la música de una banda, sentía cómo dentro de su vientre ella se movía cuando sonaban los tambores de las canciones.
“Yo no sé si nací con esto o qué pasó, pero desde muy pequeña en mis vagos recuerdos de la infancia, soy yo jugando con mis muñecas a hacer algo musical. Creo que todo empezó cuando fui a El Salvador, tenía dos años y mi mamá me cuenta que pusieron una canción y di la bailada de mi vida; fue la primera vez que me vio bailar y hasta se arrepiente de no haber tenido una cámara”, recuerda riendo levemente.
Unos años más tarde comenzó a pedir clases de baile a su mamá, no recuerda realmente que alguien en sus cercanías bailara, pero ella bailaba todo el tiempo; y fue así como comenzó a recibir clases de danza en una academia de ballet.

Un aspecto que recalca Adriana en cuanto a este tipo de clases es que cuando se es pequeño hay mucha flexibilidad, por lo que aprender este tipo de movimientos se hace de manera más sencilla.
“Mis clases eran la cosa que yo más adoraba de mi semana, me tomaban en cuenta para hacer presentaciones y yo sabía que no era la mejor, pero les agradaba mucho a mis maestros y me esforzaba, así conseguía papeles protagónicos”, destacó.
UN PROGRAMA DE TELEVISIÓN
Cuando su mamá se casó tuvieron que mudarse de zona y se fueron a vivir muy lejos de donde solía recibir clases y ya no pudo continuar en la academia; en ese momento fue cuando descubrió un programa de televisión que le cambiaría la vida.

‘Dance Moms’ con la reconocida Abby Lee Miller, era el programa que solía ver e imitaba frente a su televisión los pasos que ejercían las bailarinas en cada episodio, cuando su mamá la vio decidió meterla a un curso vacacional de gimnasia olímpica en la Federación del país.
“Esas dos cosas yo te puedo decir que son mi base hasta hoy en día, por todos los trucos y piruetas que aprendí, la gimnasia y Dance Moms”, reconoce sonriendo.
Sin embargo, su formación de baile ha sido muy corta, ya que no solía continuar por mucho tiempo en las academias, no obstante, ella seguía bailando todos los días en su casa por medio de videos de YouTube o cosas que veía en la televisión, y aunque constantemente se topaba con muebles o pegaba contra la pared, nunca dejó de hacerlo.
LAS PERSONAS EN EL LUGAR CORRECTO
“Ya más grande tuve la oportunidad de conocer a un coreógrafo y director que me tomó en cuenta para hacer teatro musical, él obviamente es bailarín y me enseñó muchísimas cosas, sobre todo bases para bailar diversos géneros, pero nunca dejaba de alimentarme de videos que encontraba en la web”, explica.
Durante ese tiempo Adriana conoció a una bailarina que la motivó a realizar baile lírico, ejecutó varios duetos con una compañera y aprendió bastante sobre mejorar la postura, rotación del cuerpo, entre otras técnicas. Fue así como decidió entrar a un Tour de Talento en 2018, en el cual ganó el primer lugar y obtuvo una beca del 100% para estudiar en una universidad del país.
“Fue una buena experiencia y en ese momento fue como bueno sí soy pilas”.
EL PUENTE A LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS
El sueño de Adriana siempre había sido estudiar en la Universidad Rafael Landívar, por lo que luego de una investigación sobre opciones para poder costear sus estudios superiores encontró que podía participar por una Beca de Arte, lo cual hizo y logró conseguirla.

La bailarina agrega que “con ella empecé mi formación más fuerte, es pura técnica en general y me ha enseñado muchísimo control de mi cuerpo, manejar la forma en que me muevo, pero simultáneamente empecé mi formación en una academia de canto que tiene también clases de baile”.
La danza fue el puente que la ayudó a conseguir la oportunidad para estudiar una licenciatura, pero también para seguir teniendo una preparación en el ámbito, ya que recibe clases en la universidad sobre el tema, con su maestra Betsabé Santos a quien agradece por todos los conocimientos que le ha brindado en baile contemporáneo.
La bailarina agrega que “con ella empecé mi formación más fuerte, es pura técnica en general y me ha enseñado muchísimo control de mi cuerpo, manejar la forma en que me muevo, pero simultáneamente empecé mi formación en una academia de canto que tiene también clases de baile”.
Actualmente recibe en su universidad clases de danza con mucha técnica para conocer el cuerpo y baile contemporáneo, mientras que en la academia una fusión entre hip-hop y reguetón; lo que le resulta interesante ya que se involucra en diversos géneros, pero todos le aportan enormes conocimientos para ir mejorando.
Las clases que recibe en la universidad son totalmente gratis y son parte del programa de becados, además la toman en cuenta para realizar presentaciones y diversas actividades en el ámbito.
“SOMOS PERSONAS MUY SENSITIVAS”
Adriana reconoce que en Guatemala el arte no es tomado tan en serio y se le resta mucha importancia, agrega, “somos personas muy sensitivas, entonces siento que el que en la universidad este departamento lo formen personas que están dentro del ámbito entienden muy bien lo que representa el arte en la vida de alguien que busca ese camino”.
Para ella este reconocimiento de su casa de estudios representa un apoyo extra por parte de una institución que tiene peso en el país, y ya no se vuelve solo Adriana la bailarina, sino que es una representación de la URL y viceversa.

“Mis papás si me apoyan, pero pienso en general que toman más en cuenta cuando tenés una carrera, y yo amo la mía, pero la danza es lo que yo quisiera hacer el resto de mi vida, no me cansaría nunca de hacerlo (…) por eso no pude haber optado por una mejor beca, porque toda la gente que he conocido ahí me ha abierto muchas puertas”, reconoce.
Adriana recalca que la danza es un trabajo, una profesión como cualquier otra, pero que hay que buscar las oportunidades porque estas no caen del cielo, y puntualiza que uno mismo como bailarín debe darle la importancia que tiene para que los demás lo noten.
DE ALUMNA A MAESTRA
La bailarina actualmente cuenta con una academia de danza online llamada Urban Dance; previamente había dado clases a niñas pequeñas en otra escuela y se adentró a una experiencia que le gustó mucho.
Luego de un tiempo dando clases en pandemia, recientemente decidió comenzar su propia academia y aunque actualmente son pocas estudiantes las que tiene, le gusta compartir sus conocimientos con ellas.
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“Siento que sí vale la pena compartirlo, no soy la mejor bailarina del país o cerca de serlo, pero sé cosas que puedo compartir a la gente, a mí me gusta enseñar, eso me apasiona”, recalca con mucho entusiasmo y sinceridad.
En el futuro Adriana espera poder implementar talleres con otros maestros del país que aportarían mucho al crecimiento de sus alumnas, porque remarca que no se trata de solo ir aprendiendo ella, sino que de compartir con las demás personas que tienen un sueño.

“Me hubiera gustado tener a alguien que me dijera cómo hacerlo, de esta forma, tal y tal, entonces si yo puedo ser esa persona para alguien más estoy feliz (…), y solo quisiera recalcar que la danza y el arte en general representa una parte en la vida de las personas y no hay que tener miedo de ponerle el valor que se merece”, finaliza.