Arquitecta y madre ucraniana regresa de GT a su país para ayudar a los suyos

La ucraniana Viktoriya Yanytska ha vivido en Guatemala desde el 2008, pero tomó la decisión de regresar a su país recientemente para ayudar a sus compatriotas en medio de la invasión del ejército ruso. Arquitecta de profesión y madre de un niño de seis años, ahora ha vuelto a Ucrania para aportar en estos complicados momentos.

Durante los 14 años que vivió en Guatemala se graduó de Arquitecta en la Universidad Rafael Landívar, hace poco tiempo y logró independizarse laboralmente.

En una entrevista con La Hora, afirmó que si tuviera a su hijo enfrente lo abrazaría fuerte “lo amo mucho… no sé imaginan cuántos niños hay aquí, no sé cómo describirlo, es horrible, es inhumano”, explicó, mientras de fondo se escuchaban algunos disparos en la transmisión.

AYUDA LA EMPEZÓ A ORGANIZAR ESTANDO EN GUATEMALA

Desde que empezó la agresión rusa abrió un grupo en Facebook, organizó manifestaciones frente a la embajada de Rusia en Guatemala, ha recaudado dinero. También ha traducido noticias para las personas hispanohablantes de Guatemala y otros países.

 

Estando en Guatemala, reunió dinero para comprar equipo, radios, chalecos, entre otras cosas, ya que su hermano y sus amigos tienen a su cargo un par de ambulancias “ahorita estamos (la grabación, capta el sonido de más balazos) recolectando el dinero para comprar otra (ambulancia)”, ya que están ayudando a sacar niños y gente herida, así como llevando auxilio a las zonas que necesitan.

UN HOSPITAL DE MATERNIDAD

Narró que en una de las ciudades a donde llevaron ayuda humanitaria, los rusos dispararon contra un hospital de maternidad, un edificio donde solamente hay luz en el primer nivel y cuando activaron la alerta de ataque, tuvieron que dejar a los niños recién nacidos en esa área, debido a que los aparatos que tienen para sobrevivir necesitan energía eléctrica por lo que no podrían soportar estar en el sótano.

“Es muy duro dejarlos, sabiendo del peligro, ese día las ventanas explotaron”, mientras que a muchas otras personas las resguardaron en los sótanos, otro peligro son las minas, pero aun así han estado buscando la manera de llegar a las poblaciones afectadas.

UNA SEMANA SE SIENTE COMO MUCHO TIEMPO

Contó que lleva solo una semana de estar en su país, sin embargo, ya no se orienta muy bien del tiempo “siento que ha pasado mucho más, no hay rutina, no sabemos qué va a pasar mañana, el camino es muy incierto”, afirmó.

 

Lo que más anhela es que se acabe la guerra, “le pido a Dios que de verdad se acabe pronto, ese es el mayor deseo, vivir en paz, bien, construir tras todo el daño que se ha hecho, esa es mi meta y ayudar a los demás porque no hay nada más gratificante que eso”.

Sin saber cuándo podrá regresar agregó que el mensaje que le envía a las personas que la conocen en Guatemala es que oren por ellos y luchen por lo que aman.

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