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Por DÁNICA COTO
SAN JUAN
Agencia (AP)

El anuncio de que el gobernador de Puerto Rico iniciará la privatización de la compañía eléctrica del territorio estadounidense ha dejado a muchos de los 3,3 millones de habitantes de la isla preguntándose si esto supondrá por fin una electricidad más barata y un servicio más fiable.

Casi el 30% de los usuarios siguen sin servicio eléctrico más de cuatro meses después del azote del huracán María. Muchos culpan de esta situación, así como de cortes previos, a la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico (AEEPR), cuyas infraestructuras tienen una media de 45 años, frente a los 18 del territorio continental estadounidense.

Otros se preguntan también si habrá alguien dispuesto a comprar una empresa que tiene una deuda de 9 mil millones de dólares, se declaró en bancarrota el año pasado y enfrenta acusaciones de mala gestión y corrupción desde hace años. Pero en el rápido intercambio de opiniones en las redes sociales tras el anuncio de ayer, parecía que los puertorriqueños estaban de acuerdo en que cualquier cambio sería bueno, aunque siguen temiendo que la compañía pueda caer en manos equivocadas.

«Hay personas que tienen fe que privatizar va a mejorar todo, pero no es una garantía”, dijo el economista puertorriqueño José Caraballo. «Si no se hace una buena negociación, Puerto Rico puede terminar peor de lo que está”.

El gobernador Ricardo Rosselló dijo que en los próximos días trabajará con legisladores para elaborar una medida que permita al gobierno vender los activos de la compañía en un proceso que se espera se demore 18 meses. El líder de la mayoría en la Cámara de Representantes de Puerto Rico dijo que respaldará la medida, mientras que el presidente del Senado de la isla dijo que primero debe ver la ley para asegurarse de que servirá a los intereses de todos los boricuas.

Desde hace años, las facturas eléctricas son de media el doble de altas que en territorio continental estadounidense, en parte porque la isla importa tres cuartas partes del petróleo que consume, según la Oficina de Información Energética de Estados Unidos.

Rosselló dijo que privatizar la empresa eléctrica podría mejorar el servicio y reducir la factura eléctrica, y predijo que llevaría a una mayor inversión en proyectos de energía renovable.

«Con esta transformación de la AEEPR, dejarán de ser sus rehenes”, dijo a los puertorriqueños. “El deficiente y obsoleto sistema de generación y distribución de energía es uno de los grandes impedimentos a nuestro desarrollo económico”.

Sin embargo, el senador Juan Dalmau, cuyo partido está a favor de la independencia de Puerto Rico, dijo que la privatización no necesariamente se traducirá en eficiencia o ahorro de costos.

“El mensaje es una manipulación por la desesperación justificada del país ante la ausencia de energía eléctrica luego del huracán”, afirmó.

Ni líderes sindicales ni un portavoz de la compañía respondieron de inmediato a solicitudes de comentarios.

 

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