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Por JOAN LOWY
WASHINGTON
Agencia (AP)

El viaje de ida y venida al trabajo será una de las víctimas de la reforma fiscal republicana que será votada la próxima semana en la Cámara de Representantes y el Senado.

La versión final de la propuesta de ley acordada por negociadores republicanos y dada a conocer ayer por la tarde, elimina el incentivo fiscal a empresas privadas que subsidian el costo del pasaje, estacionamiento y uso de bicicleta de sus empleados.

Actualmente, las compañías pueden proporcionar vales de estacionamiento o pasaje con un valor de hasta 255 dólares al mes a empleados como prestación para sus gastos de transporte al trabajo, y luego deducir el costo de sus impuestos corporativos. La cantidad estaba por aumentar a 260 dólares el 1 de enero.

La justificación para eliminar tal deducción es que ya que la reforma fiscal reduciría sustancialmente la tasa fiscal corporativa, ya no son necesarias las exenciones fiscales menores que complican el código fiscal. Las empresas todavía pueden proporcionar vales de estacionamiento y pasaje a empleados, pero ya no tendrían la deducción fiscal. Y los empleados que paguen por sus propios costos de transportación, todavía pueden usar el ingreso bruto.

La eliminación del subsidio tiene a las agencias de tránsito preocupadas de que menos personas opten por el transporte público.

“Sin duda es algo negativo para las personas que gastan mucho dinero en transporte público”, expresó Rob Healy, vicepresidente de asuntos gubernamentales de la Asociación Estadounidense de Transporte Público. Los subsidios del empleador suelen ser más lucrativos para las personas que la capacidad de utilizar el ingreso bruto para cubrir los costos de transportación, dijo.

“La preocupación es que si los empleadores no pueden deducirlo, no lo ofrecerán. Si no lo ofrecen, es una pérdida para los empleados”, indicó Healy.

Los negocios que ofrecen a sus empleados 20 dólares al mes para cubrir los costos de llegar al trabajo en bicicleta, tampoco podrán desgravar la prestación con la reforma fiscal. Sin el incentivo, el número relativamente reducido de empleadores que ofrecen esa prestación podrían dejar de hacerlo, agregó Ken McLeod, director de políticas de la Liga de Ciclistas Estadounidenses.

Lo que más molesta a los ciclistas, afirmó McLeod, no es tanto el dinero, sino que “simplemente se siente como si el gobierno federal no apoyara el ciclismo”.

 

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