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Berlín
agencia/dpa

Después de que la prensa alemana revelara este fin de semana que el expresidente de Alemania Christian Wulff trabaja como apoderado en una empresa de moda, en la primera economía de Europa se han multiplicado las voces que exigen un recorte de su sueldo vitalicio.

«El sueldo vitalicio de presidentes federales es algo anticuado, no un privilegio que se pueda justificar. Ningún otro servidor público sigue cobrando una vez retirado el cien por cien de su sueldo», apuntó el constitucionalista de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Espira, Hans Herbert von Arnim, en declaraciones al diario «Passauer Neuen Presse».

En su opinión, los ex presidentes del país deberían tener el mismo trato que cualquier otro funcionario. En Alemania, cuando los empleados públicos que aún no han alcanzado la edad de jubilación se retiran y obtienen nuevos ingresos por otra actividad, el Estado les descuenta de su pensión el importe que cobran por este desempeño privado.

Según información publicada por el semanario alemán «Bild am Sonntag», Wulff -presidente de Alemania entre 2010 y 2012 que se vio obligado a dejar el cargo por sospechas de corrupción de las que finalmente fue exonerado por la Justicia- trabaja desde finales de abril para una empresa turca que opera en el mundo de la moda.

También desde la Federación de Contribuyentes, un ente con unos 400 mil miembros que aboga por la bajada general de impuestos y la reducción del gasto y la deuda pública, también exigen una reforma de la legislación vigente.

«El Parlamento que salga elegido de las próximas lecciones debería poner en marcha una reforma al respecto», señaló el presidente del organismo, Reiner Holznagel, quien defiende que los sueldos vitalicios de los antiguos Jefes de Estado se reduzcan.

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