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Por TOM HAYS,
NUEVA YORK
Agencia AP

El polémico empresario farmacéutico Martin Shkreli, quien se ganó el oprobio general por haber aumentado en 5.000% el precio de un medicamento salvavidas, está rechazando los consejos de sus abogados de mantener un silencio discreto, en momentos en que comienza su juicio por fraude financiero.

Shkreli, exgerente de Turing Pharmaceuticals, ha estado posando para las cámaras y vociferando en las redes sociales, lo que pone en peligro su defensa, según sus defensores.

«Estoy muy emocionado», dijo Shkrelila semana pasada en una breve entrevista telefónica. «No puedo esperar».

Desde que fue arrestado a fines de 2015, cuando fue llevado al juzgado vistiendo un suéter con capucha, Shkreli ha permanecido libre bajo fianza y legalmente no tiene impedido expresar sus opiniones. En Twitter calificó de «imbéciles» a los congresistas por exigirle explicaciones sobre por qué su empresa aumentó el precio de Daraprim, un medicamento para la toxoplasmosis y el VIH, de 13.50 dólares por píldora a 750 dólares.

Shkreli publicó videos en YouTube, ofreciendo clases de química y análisis sobre las tendencias bursátiles. Sus mensajes en Twitter donde se burló de una periodista resultaron ser tan desagradables –en uno colocó un fotomontaje de él acurrucándose con ella– que su cuenta fue clausurada. En Facebook reflexionó sobre la posibilidad de estar «encarcelado sin razón».

Shkreli, de 34 años, «baila al son de su propia banda muy particular», expresó con tomo exasperado el abogado Benjamin Brafman, durante una reunión preparativa del juicio pocos días atrás.

Expertos legales dicen que es lógico que los abogados deseen que sus clientes mantengan un perfil bajo.

«Hay dos razones básicas: Una es no querer antagonizar al juez y la otra es no atraer la atención del jurado de una manera en que el caso quede perjudicado», indicó Gerald Lefcourt, un veterano abogado neoyorquino.

John Coffee, profesor de leyes de la Universidad de Columbia, comparó la situación con el afán del presidente Donald Trump de tuitear irrestrictamente. «Los abogados le pueden decir lo que sea, pero al igual que Trump, él no tiene que hacerles caso».

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