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DETROIT
AP

Al cooperar con los investigadores federales y acceder rápidamente a compensar a los propietarios de automóviles, Volkswagen probablemente evitará una multa penal masiva por hacer trampa en las pruebas de emisiones de vehículos diésel y tratar de encubrirlo.

La compañía se declaró culpable ayer de obstrucción de la justicia y asociación delictuosa en torno a un plan descarado para programar a casi 600 mil vehículos con el fin de engañar a la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés).

VW también accedió a pagar 4 mil 300 millones de dólares en sanciones penales y civiles. Aunque es la mayor multa que el gobierno estadounidense le impone a una automotriz en la historia, la empresa podría haber tenido que erogar mucho más.

Las directrices federales de sentencias marcaban multas de 17 mil a 34 mil millones de dólares debido al tamaño de la conspiración y porque empleados de VW destruyeron documentos e información tras enterarse de la pesquisa del gobierno.

Los delitos estuvieron bien planeados y «ascendían a un nivel muy alto en la estructura corporativa», declaró el vicefiscal federal John Neal ante la corte.

VW no sabrá a ciencia cierta cuál será su castigo hasta que sea sentenciada el 21 de abril por el juez federal de distrito Sean Cox en Detroit. Sin embargo, los fiscales dijeron que la empresa obtuvo un enorme descuento en la sanción porque cooperó tras confesar su delito.

Manfred Doess, el asesor jurídico general de la automotriz, reconoció que la estratagema se extendió nueve años, de 2006 a 2015. Doess se encontraba en el tribunal para dar su visto bueno al acuerdo con las autoridades.

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