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Fráncfort
Agencia/dpa

La idea de que los bancos centrales regalen dinero directamente a los ciudadanos para estimular la economía, el llamado «helicóptero de dinero» con el que se especuló recientemente en la eurozona, generó hoy fuertes críticas en Alemania.

«En lugar de seguir pensando en experimentos de política monetaria cada vez más temerarios, sería conveniente poner freno alguna vez», comentó el presidente del banco central alemán, Jens Weidmann, en una entrevista publicada hoy por los diarios del grupo Funke.

«La política monetaria no es un remedio para todo», continuó el jefe del Bundesbank. «No reemplaza las reformas necesarias en cada país ni resuelve los problemas de crecimiento en Europa».

Weidmann sostuvo que distribuir dinero directamente a los ciudadanos representaría «una decisión de alto contenido político» que debería ser tomada por los Gobiernos y los Parlamentos. «Los bancos centrales no tienen el mandato para hacerlo», aclaró.

El llamado «helicóptero de dinero» se considera una herramienta más en una política monetaria ultraflexible. La idea central consiste en que, en lugar de inyectar dinero en el mercado a través de la compra de bonos, los bancos lo distribuyan a ciudadanos o al Estado.

Peter Praet, economista jefe del BCE, alentó las especulaciones de los últimos días al considerar en una entrevista publicada ayer que ese «instrumento extremo» podía ser aplicado por cualquier banco central: la cuestión es cuándo tiene sentido hacerlo, matizó.

El tema fue planteado al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en su última conferencia de prensa. El italiano respondió que el Consejo de Gobierno de la entidad no había discutido aún esa medida, pero la calificó como «un concepto muy interesante» que puede significar «muchas cosas diferentes».

Weidmann repitió en la entrevista publicada hoy su rechazo a las nuevas medidas adoptadas por el BCE en su Consejo de Gobierno hace diez días, incluyendo la reducción de los tipos al cero por ciento y el aumento de la tasa para dinero aparcado en los bancos.

«Siempre apunté que el efecto de la política monetaria ultra flexible se vuelve cada vez más débil cuanto más tiempo dura», alertó. «Al mismo tiempo, cuanto más fuerte se acelera, más grandes son los riesgos y los efectos colaterales».

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