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Por JIM KUHNHENN
WASHINGTON
Agencia/AP

Dos semanas después de que su propio Partido Demócrata le asestara una bochornosa derrota en materia comercial, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se las arregló el miércoles para lograr una poco habitual victoria y rescatar una pieza clave del legado de su segunda legislatura con la poco frecuente ayuda de los mismos líderes republicanos a los que una vez tachó de obstruccionistas.

La votación por 60 a 38 en el Senado aprobó dar más poderes de negociación a Obama para pactos comerciales. Eso prepara el escenario para el objetivo de Obama: sellar el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico (TPP, por sus siglas en inglés) entre 12 países, clave para los planes del presidente de ampliar la influencia estadounidense en Asia.

Expertos comerciales creen que los negociadores de Obama podrían cerrar el acuerdo para principios de otoño, y podría aprobarse para final de año en el Congreso tras un periodo de consulta pública.

Para conseguirlo, Obama necesitaba legislación que le diera la autoridad de negociar acuerdos comerciales por una vía rápida que permite al Congreso aceptar o rechazar acuerdos económicos, pero no modificarlos o retrasarlos. La Cámara de Representantes aprobó la propuesta la semana pasada en una ajustada votación.

El que los republicanos accedieran a dar esta autoridad negociadora a un presidente que creen que ya se ha extralimitado en sus atribuciones resultó tan llamativo como la decisión de Obama de seguir adelante con sus planes comerciales pese a la rotunda oposición de los sindicatos y de la base más progresista de su partido.

En el proceso, Obama ha causado un gran malestar entre sus aliados de la izquierda. El presidente de la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés), Richard Trumka, reflejó la opinión de muchos demócratas cuando declaró el miércoles en una carta a los legisladores que Obama parece más interesado en conseguir la autoridad de negociación que en conseguir un control comercial más estricto, cláusulas sobre moneda y un mejor paquete de asistencia para los trabajadores desplazados.

«No ha sido fácil», dijo el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnel, republicano por Kentucky. «Tuvimos muchos botes en el camino. Francamente, unos cuantos baches grandes también. Pero trabajamos salvando las diferencias para superarlos todos».

La victoria de Obama llega en una coyuntura clave para su segundo mandato. El presidente se prepara para un fallo de la Corte Suprema sobre su histórica ley de salud y la semana próxima se vence el plazo para un acuerdo sobre el programa nuclear de Irán.

 

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