“La pandemia de la COVID-19 puso fin a tres décadas de crecimiento económico en Guatemala”, señala el Banco Mundial (BM), que además reconoce una estabilidad económica, aunque advierte que eso no ha permitido “cerrar la brecha de ingresos con países ricos”, al considerar que las tasas de pobreza y desigualdad se mantienen altas, con la población indígena en particular desventaja.
BM: PERSISTE LA POBREZA Y DESIGUALDAD
De acuerdo con el BM, Guatemala tuvo un crecimiento menos volátil en comparación con países pares y aspiracionales, aunque medida por su Producto Interno Bruto (PIB) per cápita (US$4,603 en 2020), es un país de ingresos medianos altos.
“Sin embargo, la estabilidad económica y el estatus de ingresos medianos altos no se han traducido en una reducción significativa de la pobreza y la desigualdad”, asevera el BM; y agregan que esto se debe a que los bajos ingresos del gobierno central “limitan la capacidad de inversión pública”.
Sobre lo anterior, la entidad lo considera como explicación del porqué Guatemala se encuentra “a la zaga” del resto de América Latina y el Caribe, es decir, entre los países más pobres de la región.
A pesar del golpe económico internacional, el BM mencionó que aun así el país experimentó una de las menores contracciones del PIB en 2020 en América Latina y el Caribe (-1.5%) y la actividad económica se recuperó a niveles prepandémicos durante el primer trimestre de 2021, pero respaldada por un ingreso récord de remesas.
En su momento, el BM estimó una recuperación económica del PIB de 5.1% en 2021 (2.4 puntos porcentuales por debajo de lo reportado por el Banco de Guatemala) y 4.1% en 2022.
FMI: REPONERSE DE LAS SECUELAS SERÁ MÁS DIFÍCIL
El Fondo Monetario Internacional (FMI), en su reporte de Perspectivas de la economía mundial, proyectó que Centroamérica tendría un crecimiento de PIB real de 5.6% para el 2021 y 4.1% para el 2020.
Emilio Fernández-Corugedo, jefe de misión del FMI para Guatemala comentó en Prensa Libre en diciembre pasado que durante el 2021 se vio una importante reactivación de la economía impulsada, principalmente, por la relajación de las restricciones de movilidad, el dinamismo económico de EE. UU y el continuo soporte de la política monetaria.
En relación con las proyecciones del PIB por parte del FMI, resaltó que los indicadores económicos rutinarios, como el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE), las exportaciones, crédito al sector privado y las remesas, sugieren que dichas estimaciones sean revisadas “sustancialmente al alza”.
Los sectores de la construcción, comercio, manufactura, transporte, finanzas y hospedaje son los que según Fernández-Corugedo, están empezando a recuperarse al igual que la inversión y el consumo privado, factores de peso importante dentro de la economía guatemalteca.
“Cabe resaltar que el desempeño económico en 2020 y 2021 ha permitido que el incremento de la deuda pública haya sido relativamente contenido, en comparación con el resto de Latinoamérica, pese a los apoyos fiscales brindados”, comentó el jefe de misión.
Por aparte, el FMI afirmó que el Plan de Rescate de EE. UU. estimulará el crecimiento en algunos países de América Central a través del comercio y las remesas, por lo que el repunte económico en estos países ocurrirá en 2022.
No obstante, alertó que por el momento el incremento de las tasas de interés a largo plazo en el país norteamericano ha “incidido moderadamente” en los precios de los activos y los flujos de capital en la región, pero el aumento continuo de las mismas representa un riesgo a largo plazo.
Aún con un panorama al alza, la entidad indica que contener la pandemia es lo más relevante, pero reponerse de las secuelas será más difícil, en especial para los países con economías emergentes, como Guatemala; por ello, para revertir los daños colaterales se necesita una “transformación estructural más profunda que podría estar facilitada por un pacto fiscal de gran alcance”.
BANGUAT: RESULTADOS Y PROYECCIONES POSITIVAS
Sergio Recinos, presidente del Banco de Guatemala (Banguat), y de la Junta Monetaria informó el 25 de enero en el foro: Panorama económico para Guatemala durante el 2022, organizado por la Cámara de la Industria de Guatemala (CIG) sobre el escenario actual y las expectativas macroeconómicas del país, en su mayoría, con resultados favorables:
En relación con las finanzas públicas, el proceso de consolidación inició en el 2021 con un déficit fiscal de 1.2% del PIB; para el 2022, el Banguat proyecta un 2.8%, arriba del 2%, nivel considerado congruente con la sostenibilidad de la deuda pública.
Alfredo Blanco, vicepresidente del Banguat, afirmó que la estabilidad macroeconómica y cambiaria es el ambiente de negocios “propicio” que perciben los agentes económicos y las perspectivas positivas en aspectos sanitarios del COVID-19, son factores que incidirán en el crecimiento de la economía guatemalteca en 2022.
MALOUF: HUBO UN BALANCE ENTRE ECONOMÍA Y SALUD
En relación con el comentario de Blanco, el ministro de Economía Antonio Malouf resaltó la importancia de aprovechar el aumento de 111 mil nuevos empleos y la atracción de más de US$3 mil millones para “dar ese salto cuantitativo” necesario para que el PIB mantenga una tasa de crecimiento similar a la alcanzada en el 2021, con un 7.5%.
“Siempre se antepuso la salud de las personas a la economía, pero nunca paramos”, sostuvo Malouf, ya que para llegar a dicha tasa de crecimiento hubo un “balance entre la economía y la salud”, aseguró en el XI Foro Económico Regional en donde también participó Blanco.
Asimismo, de manera positiva frente al panorama para este año, el empresario Michael Ascoli, presidente de Grupo Solid, indicó que los retos a enfrentar ante la crisis son:
• Aumentar las exportaciones.
• Atraer negocios que implementen procesos innovadores.
• Impulsar actividades como el turismo.
• Emplear las remesas familiares para educación e inversión.
• Aprovechar oportunidades como alza en los precios de los commodities, nearshoring y la cercanía del mercado centroamericano.
• Incentivar la construcción de más infraestructura, entre otros.
“En todo lo que yo he vivido, esta es la oportunidad más grande que ha tenido Guatemala en muchos años”, afirmó Ascoli.
Paulo de León, director ejecutivo de Central American Business Intelligence (CABI), también participante en el evento organizado por la Asociación Bancaria de Guatemala (ABG), se mostró optimista con el aumento de recaudación tributaria gracias a la modernización del sistema de pagos.
No obstante, recomendó continuar la lucha contra la evasión y contrabando, así como replantear la asignación de recursos del Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado.
“La estabilidad macro es una garantía que en algún momento estuvo tambaleando, pero creo que se cerró muy bien”, afirmó De León.
ICEFI: LA ILUSIÓN DE LOS RESULTADOS EXTRAORDINARIOS EN 2021
De forma contraria, el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) analizó que después de dos años de fuerte volatilidad económica y fiscal, los datos preliminares del cierre económico y fiscal en 2021 reflejan resultados “fuertemente influenciados por el rebote económico”.
“Dan la apariencia de hitos históricos y trascendentales; sin embargo, estos simplemente obedecen a la recuperación económica mundial”, detalla el instituto.
Entre los factores que causan la “ilusión de resultados extraordinarios en 2021”, según su análisis, figuran:
• Aumento del gasto público de los países desarrollados (principales socios de las naciones de la región).
• Aumento del precio de algunos commodities.
• Abandono de las prácticas de confinamiento.
• El enorme flujo de remesas internacionales.
• El efecto aritmético en la comparación de los datos reprimidos de 2020 y los expandidos de 2021 por la reapertura de los comercios.
Por otra parte, los factores que alimentan la ilusión fiscal de 2021 para el Icefi, son:
• Aumento del precio internacional de los combustibles y otros commodities
• Reapertura económica mundial
• Aumento de las remesas.
• Reducción del gasto público.
• Aumentó el PIB: Reducción del déficit y la deuda. La apariencia de una mayor eficiencia en la gestión pública.
Según el Icefi, en materia fiscal el 2022 representa la recuperación del “camino normal que las naciones de la región transitaban hasta 2019”, previo a la pandemia del COVID-19, situación que se refleja en crecientes niveles de “endeudamiento con baja efectividad en la recaudación y en el gasto público, creciente opacidad y la imposibilidad efectiva de atender las necesidades de los centroamericanos”.
DÍAZ: GOBIERNO NO MIDE SU IMPACTO EN LA POBLACIÓN
En concordancia, Guillermo Díaz, vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Rafael Landívar, comentó para La Hora que a pesar de la continuidad en el dinamismo económico impulsado por las remesas, la construcción y la inversión y la estimación del 4% sobre la tasa de crecimiento, no necesariamente significa que los resultados positivos que el gobierno anuncia sean apegados a la realidad del país, en especial, al tomar en cuenta el aumento de pobreza y desnutrición.
“El gobierno resalta el gasto en dinero, pero no mide su impacto en la población que no fue positivo, dado el aumento de la pobreza”, indicó Díaz.
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PERSPECTIVAS PARA 2022
Según el Banguat, entre los factores para que el crecimiento económico mundial continúe al alza resalta una mayor producción y distribución de vacunas en el mundo; mejora en los procesos productivos, asociada a avances tecnológicos; mejora de la confianza de los consumidores y las empresas.
Los riesgos a la baja podrían ser: surgimiento de variantes más contagiosas de COVID-19, la normalización anticipada de la política económica en las economías avanzadas y deterioro de la confianza económica.
Además, la entidad espera para el 2022 una “ligera moderación” en el crecimiento económico, aunque destaca que todas las actividades económicas registrarán crecimientos positivos.
Por lo tanto, se proyecta que la Industria manufacturera aporte 14.3% del PIB con una tasa de variación interanual de 4.2%.
En el caso del Comercio se estima que aportará el 18.6% del PIB y una tasa de variación interanual de 5.1%; mientras la agricultura se prevé que aporte 9.5% del PIB con una tasa de variación interanual de 2.8%.
“Los riesgos persisten, particularmente dada la incertidumbre de la pandemia; si la crisis de salud pública vuelve a empeorar, la recuperación económica podría verse afectada”, alerta el Banco Mundial, mientras el FMI advierte que las economías que dependen del turismo serán las últimas en recuperarse, posiblemente hasta 2024, debido a la lenta reanudación de la actividad en este sector.