Serena Williams devuelve un tiro de la rusa Margarita Gasparyan, en un encuentro del Abierto de Estados Unidos. Foto la hora: Frank Franklin II/AP

Por HOWARD FENDRICH
NUEVA YORK
Agencia (AP)

Sí, Serena Williams ganó otra vez en sets corridos. Y avanzó a un duelo netamente estadounidense ante Sloane Stephens.

Pero este triunfo en el Abierto de Estados Unidos no se apegó al plan de la veterana estrella.
Su saque fue apenas ordinario en ocasiones. Su agilidad de pies pareció lejos del máximo potencial. Williams debió salir adelante de unas cuantas situaciones comprometidas ayer, ante una rival que figura apenas en el puesto 117 del escalafón.

Pero doblegó 6-2 y 6-4 a la rusa Margarita Gasparyan, y emitió un sonoro «¡sí!», que reverberó en un estadio Arthur Ashe prácticamente vacío, al finalizar el encuentro.
Pareció una exclamación más de alivio que de entusiasmo.

Esa ocasión siguiente llegará el sábado ante Stephens, quien conquistó el US Open en 2017.
Será el séptimo enfrentamiento entre ambas. Williams tiene una foja de 5-1 ante Stephens, incluidas victorias en los últimos cuatro duelos, aunque no juegan entre sí desde el Abierto de Francia de 2015.
La única victoria de Stephens ante su compatriota se remonta al Abierto de Australia de 2013.

Ciertamente, un duelo de este calibre no parece corresponder a la tercera ronda de un major. Pero el cuadro de un certamen con muchas ausencias en medio de la pandemia ha derivado en situaciones desafortunadas para algunas tenistas.

Y la crisis de salud genera también silencio en la sede del torneo, que se disputa sin espectadores.

La lluvia comenzó a caer durante el calentamiento para el encuentro entre Williams y Gasparyan. Ambas se sentaron a un costado de la cancha, mientras se colocaba el techo.

El Arthur Ashe permaneció cerrado para el siguiente duelo, la eliminación de Andy Murray ante Felix Auger-Aliassime, por 6-2, 6-3, 6-4.

En el Louis Armstrong, se colocó también el techo durante el segundo set del partido que el ruso Daniil Medvedev ganó 6-3, 6-2, 6-4 a Christopher O’Connell. Más tarde, en ese mismo recinto, Victoria Azarenka, bicampeona del Abierto de Australia, doblegó 6-1, 6-3 a Aryna Sabalenka (5ta preclasificada).

Pero los duelos en todas las canchas al aire libre se suspendieron por la noche debido al aguacero.
Más temprano, ganaron sus encuentros Dominic Thiem (2do), Karen Khachanov (11mo) y Marin Cilic.
Fueron eliminados Grigor Dimitrof (14to y quien contrajo el coronavirus en junio, durante una exhibición organizada por Novak Djokovic), así como Milos Raonic (25to).

Johana Konta (9na) sucumbió 2-6, 7-6 (5), 6-4 ante Sorana Cristea, mientras que Garbiñe Muguruza fue eliminada 7-5, 6-3 por Tsvetana Pironkova.

Pironkova martilleó el as en la bola de partido, el golpe definitivo de su inapelable victoria. Para Muguruza (10ma), fue una enésima decepción en el cemento de Nueva York.

La búlgara dejó en el camino a la dueña de dos títulos de Grand Slam, que por tercera vez consecutiva quedó a la orilla de la tercera ronda en Flushing Meadows.

En cambio, Pironkova sigue en marcha en el primer torneo que disputa tras alejarse tres años del tenis tras el nacimiento de su hijo, Alexander.

Pironkova, de 32 años, dio a luz a Alexander en abril de 2018. Disputa su 12do US Open, pero el primero desde 2016, y su primer torneo desde el Wimbledon de 2017.

Pironkova no tiene ranking por su falta de actividad, pero alcanzó las semifinales de Wimbledon en 2010.

La victoria ante Muguruza fue la número 22 de Pironkova ante una jugadora situada dentro de las mejores 20 del mundo.

«Nunca nos habíamos enfrentado. Ella ha jugado muy bien hoy, no tenía nada que perder», dijo Muguruza, cuya mejor actuación en el US Open fue la cuarta ronda de la edición de 2017.

La campeona del Abierto de Francia de 2016 y el Wimbledon 2017 reconoció que no estaba del todo preparada para afrontar el torneo, diciendo que no fue hasta un par de días antes que decidió participar.

En el cuadro de dobles, los colombianos Robert Farah y Juan Sebastián Cabal emprendieron la defensa de su título con una victoria 6-2, 63 ante Jurgen Melzer y Edouard Roger-Vasselin.

El francés Roger-Vasselin es uno de los siete jugadores que fueron colocados en protocolos más estrictos contra el coronavirus, después de tener contacto con su compatriota Benoit Paire, el único jugador que ha dado positivo de COVID-19 en el certamen.

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