El piloto de la IndyCar, Scott Dixon, en Austin, Texas. Foto la hora: Eric Gay/Ap.

Por STEPHEN HAWKINS
FORT WORTH, Texas, EE.UU.
Agencia (AP)

Scott Dixon, Alexander Rossi y el resto de los pilotos de la IndyCar estaban en la soleada Florida, poco antes de la llegada de la primavera, listos para comenzar la temporada.

«Nos preparamos. Habíamos tenido el receso tras la campaña anterior. Habíamos hecho todas las pruebas de pretemporada… En cierto modo teníamos toda esa presión acumulada por volver», rememoró esta semana Dixon, cinco veces campeón de esta serie de automovilismo.

Casi tres meses después, los pilotos se disponen finalmente a disputar su primera carrera de la campaña. Y luego, tendrán que esperar otras cuatro semanas para competir de nuevo.

En vez de recorrer las calles de St. Petersburg para la primera carrera, la IndyCar inaugurará su campaña, postergada por la pandemia, en la pista de milla y media de Texas. El sábado, durante una sola jornada, se aglutinarán las prácticas, la clasificación y la carrera de 200 vueltas.

En la misma fecha, la IndyCar tiene vuelos fletados para transportar a los equipos de ida y vuelta entre Indianápolis y el Texas Motor Spedway.

«Pienso que en la nueva normalidad nada es normal. En adelante, trataremos de normalizar esto lo más que se pueda», dijo el presidente de la IndyCar, Jay Frye.

Josef Newgarden, quien se impuso en ese circuito en junio, coincidió con Frye.

La IndyCar tendrá algún tiempo para evaluar la situación después de la carrera en Texas. Habrá casi un mes antes del 4 de julio, cuando se realizará una competición en Indianápolis.

Será en un circuito callejero, en vez de celebrarse la afamada Indy 500, que está pospuesta para el 23 de agosto.

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