Las jugadoras de la selección de fútbol de Colombia festejan luego de vencer por penales a Argentina. Foto la hora: Juan Karita/Ap.

LIMA
Agencia (AP)

Las dos selecciones representan países donde el fútbol femenino ha vivido momentos polémicos en fechas recientes. Y dentro de la cancha, ambas llevaron la tensión hasta el final de su aventura en Lima.

Con una tanda de penales que requirió de siete ejecuciones por equipo para definirse, Colombia superó ayer a Argentina y se apoderó por primera vez del oro en el fútbol de mujeres en los Juegos Panamericanos.

Gabriela Chávez envió su disparo a las nubes, luego que seis de sus compañeras habían acertado, para que se resolviera al fin el duelo por la presea dorada en el Estadio San Marcos de la capital peruana, casi llegada la medianoche.

La serie desde los 12 pasos se hizo necesaria después del 1-1 con el que concluyeron los 90 minutos reglamentarios y los tiempos extra.

María Catalina Usme había dado la ventaja a la selección cafetera con un certero cabezazo a los 33 minutos, pero Agustina Barroso igualó por la Albieleste, también con la testa a los 41.

Colombia fue el equipo que más arriesgó en la prórroga, gracias al dinamismo que infundió el ingreso de Marcela Restrepo. En el comienzo del segundo tiempo extra, Argentina se quedó con 10 jugadoras, por la segunda amarilla a Milagros Menéndez, quien cometió una dura falta.

Luego vino la prolongada serie de penales, que sentenció el triunfo de las jugadoras colombianas, en una suerte de premio deportivo y moral tras la lucha que han debido encabezar por salvar la liga profesional en su país y por obtener condiciones más dignas a fin de desempeñar su actividad.

Entre las jugadoras que convirtieron en la tanda figuró Isabella Echeverri, quien en febrero emitió a través de las redes sociales un video en que aparecía junto a su colega Melissa Ortiz, para denunciar discriminación. Amas explicaron entonces que carecían de apoyo suficiente para viajes y equipamiento básico.

Luego, surgieron incluso casos en que dos jugadoras y una fisioterapeuta denunciaron haber sido víctimas de acoso sexual durante las concentraciones previas a un torneo, y acusaron de comportamientos inapropiados a un entrenador y un preparador físico de selecciones mayores.

Y Argentina arribó a Lima rodeada también por la polémica, luego que fue excluida de la plantilla la capitana y mediocampista Estefanía Banini, quien afirmó que su marginación era una represalia tras sugerir que fuera relevado el cuerpo técnico, incluido el entrenador Carlos Borrello, tras disputar el Mundial de Francia en junio.

Borrello dijo que su única intención era traer a los Panamericanos a jugadoras que no habían jugado mucho en el Mundial de Francia, a fin de ir haciendo un recambio generacional. Y durante el torneo, las jugadoras albicelestes se dedicaron a reducir al mínimo la intensidad del supuesto conflicto.

Las jóvenes sucumbieron en la final, pero sellaron su mejor participación en la historia de los Juegos Panamericanos, superando por mucho el cuarto sitio de Santo Domingo 2003.

Colombia cumplió también un papel histórico, mejorando la plata de Toronto 2015.

A pesar de tantos problemas y controversias.

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