Alex Morgan, de la selección estadounidense. Foto la hora: Francois Mori/AP.

Por ANNE M. PETERSON
LYON, Francia
Agencia (AP)

Alex Morgan festejó el gol de la ventaja con un acto de mímica en que fingió beber té, y Alyssa Naeher atajó un penal en las postrimerías, para depositar ayer a Estados Unidos en su tercera final consecutiva del Mundial femenino, con un angustioso triunfo por 2-1 sobre Inglaterra.

La selección estadounidense, primera del ranking de la FIFA, se medirá con las ganadoras de la otra semifinal, que disputarán hoy Holanda y Suecia.

Christen Press, quien jugó de inicio en el lugar de Megan Rapinoe, puso en ventaja a las norteamericanas en los albores del cotejo, pero un tanto de Ellen White igualó el marcador antes de que hubieran transcurrido 20 minutos.

El sexto tanto de Morgan en el torneo llegó antes del intermedio y en el día en que cumplió 30 años. No había marcado desde que consiguió cinco dianas en la paliza de 13-0 sobre Tailandia, con la que Estados Unidos comenzó su participación en Francia.

Fue también el sexto gol de White, pero Morgan luce en ventaja para llevarse el Botín de Oro del torneo, con tres asistencias. White pareció haber conseguido su séptima anotación a los 69 minutos, pero se determinó que estaba en fuera de juego, previa consulta del videoarbitraje (VAR), lo que provocó el júbilo de los estadounidenses reunidos entre los 53.512 espectadores dentro del Stade de Lyon.

Una revisión del VAR derivó en una decisión desfavorable para Estados Unidos cerca del final del encuentro, cuando se determinó que Becky Sauerbrunn había cometido una falta sobre White en el área.

La capitana Steph Houghton fue la encargada de ejecutar el tiro, que Naeher tapó mediante un buen lance a los 84 minutos.

Fue el primer penal atajado por una portera estadounidense durante el tiempo regular en la Copa del Mundo. Tras el silbatazo final, las jugadoras felicitaron de manera tumultuaria a Naeher frente al arco.

Se preguntó a Naeher si ésta había sido la atajada más importante de su vida.

“Probablemente sí”, respondió sonriente.

Rapinoe, quien había anotado dos goles en cada uno de los últimos dos duelos, no jugó, debido a una lesión de corva. La dolencia no le impidió ingresar en la cancha para festejar con sus compañeras.

Estados Unidos ha avanzado a las semifinales de los ocho Mundiales y ha ganado el trofeo tres veces, más que ninguna otra nación. Su única derrota en una final mundialista llegó en 2011 ante Japón.

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