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DPA
El Sevilla se convirtió ayer en el nuevo líder de la Liga española de fútbol al vencer 2-1 al Celta de Vigo y aprovechar el empate 1-1 de un indolente Barcelona en su visita al Valencia.
El torneo español vivió una octava jornada vibrante que se abrió con la derrota 1-0 del Real Madrid, las victorias de Atlético de Madrid y Sevilla, más el empate del Barcelona. De tal forma que hasta seis equipos se agruparon en apenas dos puntos.
El Sevilla, que a comienzos de temporada sufrió enormes críticas hacia entrenador y directiva, es ahora el primero con 16 puntos, uno más que Barcelona y Atlético. A dos están Real Madrid vivo a pesar de su crisis junto a Espanyol y Alavés. Vibrante.
El Barcelona comenzó su partido de Mestalla conociendo ya el resto de resultados. Es decir, con la obligación de ganar para retener el primer puesto, mantener la ventaja sobre el Atlético y distanciar al Real Madrid. Pero no lo consiguió ni hizo méritos.
Para empezar, salió al campo dormido. Por eso, el Valencia se adelantó a los dos minutos en un saque de esquina al que siguió una cadena de errores de los zagueros y el acierto final del central argentino Ezequiel Garay.
Messi fue la solución para el empate. A los 23 minutos, combinó con Luis Suárez y soltó un tremendo disparo desde la frontal del área que entró junto al palo derecho de Neto.
El inicio de la segunda parte volvió a mostrar a un Barcelona apático, como si confiara demasiado en que con el talento de Messi bastaría para voltear definitivamente el marcador. Pero como el argentino no volvió a aparecer, el equipo azulgrana entregó el liderato tras un ejercicio estéril de posesión sin profundidad.
Por su parte, el Sevilla ganó 2-1 al Celta en una victoria más sencilla de lo que sugiere el resultado.
El conjunto local tuvo que esperar a los 39 minutos para adelantarse en el marcador y lo hizo con un gran cabezazo de Pablo Sarabia tras un centro perfecto de Jesús Navas desde la banda derecha.
El panorama se le aclaró definitivamente al Sevilla a los 58 minutos con la expulsión del central mexicano Néstor Araujo al ver su segunda tarjeta amarilla.
El equipo de Pablo Machín apenas tardó cinco minutos en imponer su superioridad numérica con un gol del francés Wissam Ben Yedder con asistencia de Franco Vázquez.
El VAR determinó la validez del tanto y el Sánchez Pizjuán celebró ya el triunfo.
El Celta redujo distancias a seis minutos con un espectacular tanto del delantero marroquí Sofiane Boufal, un gol que llegó demasiado tarde para los intereses de su equipo.
En otro partido, el Atlético de Madrid ganó 1-0 al Betis en un partido lleno de tensión que se decidió con un brillante gol del argentino Ángel Correa en el tramo final.
En la segunda parte entró el argentino y los 76 minutos aprovechó una pérdida de balón visitante para progresar hacia la frontal del área y preparar un disparo que llevó la pelota junto al palo derecho de Paul López, cuya estirada resultó inútil.
Fue el merecido premio para un Atlético más ambicioso en la segunda parte y que se hizo acreedor del triunfo.
En tanto, el Espanyol también confirmó sus excelentes sensaciones con su victoria 3-1 ante un Villarreal en franca decadencia.
El conjunto local fue muy superior en la primera parte y se adelantó a los siete minutos con un gol de Hernán Pérez, aunque el Villarreal rentabilizó una de sus escasas ocasiones con un tanto del camerunés Karl Toko Ekambi justo antes del descanso.
La segunda mitad fue más equilibrada, pero el Espanyol fue capaz de encontrar efectividad en el tramo final con los goles de Sergi Darder a los 79 minutos y de Pablo Piatti en el descuento.
Además, el Valladolid sumó su tercera victoria consecutiva al ganar 1-0 al colista Huesca, cuyo entrenador, el argentino Leo Franco, se situó en una situación más que incómoda tras sufrir su quinta derrota en ocho jornadas.
El partido se decidió a los 27 minutos con un impecable lanzamiento directo de falta ejecutado por Rubén Alcáraz al salvar con precisión la barrera.
