Zagreb
DPA

Cada cuatro años, el Mundial de fútbol convierte a uno de los 32 países clasificados en un carnaval de esperanza, expectación y, eventualmente, decepción.

Croacia siente que 27 años después de lograr la independencia y dos décadas después de conseguir el tercer puesto en la Copa del Mundo de Francia, ha llegado el momento para ellos de ser los últimos en dejar la fiesta.

El domingo, cuando su selección se enfrente a Francia para decidir el próximo campeón mundial, toda Croacia parará para mirar la televisión. Y si el equipo gana, se desatará una fiesta que durará días, con las habituales divisiones ya apartadas por el fútbol.

Antes de la semifinal del miércoles ante Inglaterra, todo se detuvo en el país. Los negocios cerraron antes, incluso grandes cadenas minoristas como Konsum, para que la gente pudiera ver el partido.

En Zagreb, 50 mil personas miraron el encuentro en la plaza central. En la icónica ciudad medieval de Dubrovnik, la calle principal se llenó de gente y lo mismo sucedió en cada ciudad, pueblo o aldea.

Tras la victoria, el país entró en erupción y festejó durante la noche. Desde entonces, no ha habido nada más que fútbol: los partidos se repiten una y otra vez y los debates en cafés, restaurantes, trabajo u hospitales solo giran en torno a la pelota.

El fútbol llevó al país una rara sensación de unidad.

«Es un ambiente de carnaval, una fiesta total. Había mucha preocupación por la pobre situación económica y esto trajo una amable distracción muy bienvenida», dijo Suzana, una habitante de Zagreb.

«Croacia siempre está dividida sobre cualquier aspecto, siempre mitad y mitad, y uno puede ver esa división en todas partes y todo el tiempo, pero no ahora, y eso es refrescante», añadió.

Linda Milisa, otra ciudadana croata, apoya la tesis de su compatriota: «Paseando a mi perro, como observadora, tengo la sensación de que se trata más de fútbol y menos de nacionalismo. Y estoy feliz por ello».

El portal de noticias Index, habitualmente crítico con el gobierno, resumió el sentimiento de paréntesis feliz en el que vive Croacia con una iniciativa extravagante.

Ayer anunció que hasta después de la final se abstendrá de publicar noticias críticas sobre el país. «Hasta el martes, Index no informará sobre ningún problema», publicó el sitio web, con una imagen del pueblo croata celebrando la victoria sobre Inglaterra en una plaza de Zagreb.

«El motivo es sencillo», explicó el editorial de Index. «En tales circunstancias, no podemos ser objetivos y publicar las noticias reales. Para informar sobre los problemas de Croacia, regresaremos 24 horas después de la final, en la que Croacia ganará».

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