Berlín/Roma
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Al británico Chris Froome no le importó la polémica que se generó a su alrededor por el análisis positivo en la Vuelta de España y celebró ayer su primera victoria en el Giro d’Italia, con lo que se unió al selecto grupo de siete pedalistas en la historia que ganaron las tres grandes vueltas ciclísticas a nivel mundial.

Froome, cuatro veces ganador del Tour de France y vencedor el año pasado de la Vuelta a España, no tuvo inconvenientes para mantener la «Maglia Rosa» en la última etapa de exhibición, en un circuito especialmente acondicionado por las calles de Roma y cuyo tiempo fue neutralizado por los organizadores tras la tercera vuelta.

«Todavía me estoy pellizcando, no puedo creer que esté aquí con la Maglia Rosa», comentó un exultante Froome. Sin misterios porque la victoria la había asegurado el sábado, el líder del Sky arribó a la meta secundado por todos sus gregarios, en una imagen ya repetida en las calles de París.

«Es genial sumergirse en la atmósfera de Roma. Estaba emocionado por la multitud y los monumentos, necesito tiempo para reflexionar, pero esta carrera ha sido increíble», añadió el británico.

Casi 15 minutos antes del arribo de un Froome casi de paseo, el triunfo de la vigésimo primera y última etapa fue para el irlandés Sam Bennett, que se impuso en el sprint al italiano Elia Viviani.

«No sé cómo vencí a Elia Viviani», destacó el irlandés. «Sufrí tanto en los últimos días en las montañas… Mi equipo hizo un trabajo fantástico para atrapar la última fuga», expresó el pedalista del team Bora–Hansgrohe.

Froome, que también fue el campeón de la montaña, se impuso en la llegada a la «Piazza del Popolo» por 46 segundos al holandés Tom Dumoulin, ganador de la edición anterior, y el colombiano Miguel Ángel López, que completó el podio.

Con su triunfo, Froome se unió al selecto grupo de Jacques Anquetil, Felice Gimoldi, Eddy Merckx, Bernard Hinault, Alberto Contador y Vicenzo Nibali como campeones de las tres grandes vueltas ciclistas del mundo.

Además, junto a Merckx y Hinault, es el único ciclista que ostenta la «Triple Corona», ya que es el actual campeón del Tour, la Vuelta y ahora el Giro. «Para cada corredor es un sueño tener las tres camisetas de líder de las Grandes Vueltas», reconoció el pedalista nacido en Kenia.

No obstante, la victoria de Froome en el Giro no escapará de la polémica. En diciembre se conoció que dio positivo por el broncodilatador salbutamol en la última Vuelta a España. La Unión Ciclista Internacional (UCI) todavía está estudiando la posible sanción al corredor, que mientras tanto puede seguir compitiendo.

En el análisis positivo, la orina de Froome tuvo el doble de la cantidad tolerada de salbutamol, un medicamento utilizado habitualmente para combatir el asma. Si bien aseguró su inocencia en varias oportunidades, el ciclista no pudo probar todavía las razones de esos parámetros tan por encima de lo permitido.

El británico mostró enormes signos de flaqueza en la primera mitad del Giro sufrió incluso dos caídas, pero él siempre insistió en que se encontraba bien y en que llegaría al momento decisivo en plenitud. Y el viernes lo demostró con un ataque descomunal y totalmente inesperado a 80 kilómetros de meta con el que se colocó como líder.

El próximo desafío para Froome será en el Tour, donde buscará emular a Anquetil, Merckx, Hinault y el español Miguel Indurain, los únicos ciclistas capaces de lucir cinco veces el «maillot amarillo» en la llegada en París.

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