Por JUAN ZAMORANO
PANAMÁ
Agencia (AP)

Panamá cristalizó su largo sueño de clasificarse a una Copa del Mundo, y lo logró en un final de película.

Gracias a un gol de su capitán Román Torres a los 88 minutos, Panamá le ganó a una clasificada Costa Rica por 2-1 y se apoderó ayer del tercer y último boleto directo en el cierre de las eliminatorias de la CONCACAF a la Copa del Mundo de Rusia 2018.

Cuando parecía que Panamá iba a naufragar nuevamente por segunda eliminatoria consecutiva, el zaguero Torres apareció con un zapatazo a la carrera que infló las redes. Tras el pitazo final y al conocerse los otros dos resultados en la última fecha, el país estalló en llantos de alegría y festejos.

«Es el gol de mi vida, el gol para mi país», dijo Torres, convertido en héroe. «No hay palabras».

Johan Venegas abrió la cuenta para los ticos a los 37 minutos. Panamá consiguió la igualdad con un tanto de Blas Pérez a los 54. Los panameños avanzaron directamente al terminar terceros con 13 puntos, igual que Honduras, pero con mejor diferencia de goles.

Honduras, que le ganó en casa a México 3-2, pasó al repechaje, mientras que Estados Unidos, que cayó por 2-1 en Trinidad y Tobago, quedó contra todos los pronósticos fuera del Mundial.

«¡Lo logramos!», proclamó Pérez, el delantero de 36 años que se jugaba tal vez su última oportunidad para alcanzar un Mundial. «Como dice nuestro himno nacional ‘por fin alcanzamos la victoria’. Es muy lindo y todo esto es para la gente que creyó en nosotros».

La afición se lanzó a la cancha tras pitarse el final y los jugadores rompieron a llorar. En algunas calles de la capital, los automovilistas sonaban sus cláxones y se lanzaron juegos pirotécnicos.

«Confiamos en ellos y lo dieron todo al final. Este es un equipo que hace historia», dijo el presidente panameño Juan Carlos Varela, después de abrazar al delantero Luis Tejada, otro veterano jugador de la selección, que lloraba de alegría en una esquina del estadio

La clasificación se definió en los minutos finales y gracias a una serie de resultados que no estaban en los papeles, como el revés estadounidense ante los trinitarios que los dejó afuera de Rusia.

Pese a estar clasificada, Costa Rica no llegó a dar ningún tipo de concesiones. Merodeó desde el vamos territorio panameño, con un Venegas que se hizo notar desde los primeros pasajes del juego. Y la primera oportunidad clara que tuvo, la concretó.

El delantero se hizo de un largo pase por la banda derecha, enfiló al área y picó la pelota a la salida de Jaime Penedo, enviándola al fondo de la red. El gol sacó de la parsimonia a los locales, que minutos después casi encuentran la igualdad en una jugada en que el ariete Gabriel Torres, a pase de Pérez, se metió entre dos marcadores y pateó ligeramente desviado.

El gol de la igualdad vino a poco de comenzado el complemento y quedó inmediatamente para la polémica. La repetición por televisión mostró que una pelota que Pérez empujó desde el suelo pegó en la base del poste y no entró. Algunos narradores panameños lo bautizaron de inmediato como el «gol fantasma».

A medida que pasaban los minutos, Panamá _dirigido por el colombiano Hernán Darío Gómez_ arreció su presión porque en esos momentos se estaba quedando fuera del Mundial con los resultados que se estaban dando en los otros dos partidos de la ronda final. Y lo increíble de todo es que la selección canalera necesitaba sólo un tanto para celebrar en grande.

Y eso pareció entenderlo bien Torres, quien apareció como tromba para reventar las redes con un violento remate tras ganarle a un defensor una pelota peinada por Tejada después de un pase de profundidad. El defensor también había sido el autor de otro gol clave con el que Panamá terminó empatando contra Honduras 2-2 en la sexta fecha.

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