Por Ignacio Encabo
París / Agencia dpa

Pies de bailarina, cara de niña y brazo de hierro. La letona Jelena Ostapenko, su bisoñe y su tenis de pura potencia se medirán mañana a la rumana Simona Halep por el título del Abierto de tenis de Francia en una final entre la fuerza y la táctica.

Ostapenko, que celebró su clasificación a la final el día de su vigésimo cumpleaños, es la gran sorpresa del segundo Grand Slam de la temporada. Con un palmarés todavía por estrenar, la letona dejó en el camino a la exnúmero uno Caroline Wozniacki o a la campeona de Grand Slam Samantha Stosur. Lo hizo a base de bombas.

La número 47 del ranking, que si gana mañana saltará de golpe hasta el duodécimo lugar, llega a la final con 245 tiros ganadores. Por comparar: Halep suma 118 y el mejor de los cuatro semifinalistas masculinos -que juegan además al mejor de cinco sets en vez de al mejor de tres- cuenta con 181.

La velocidad de media de su derecha en Roland Garros fue de 122 kilómetros por hora, más fuerte que el número uno del mundo, el británico Andy Murray (120), y a un suspiro de Rafael Nadal (127).

«Tiene un nivel medio de intensidad por encima de la media», explica la española Anabel Medina, su actual entrenadora. «Lo que para ella es una bola normal, para muchas otras es una bola arriesgada o buscar un winner», añade la doble campeona de Roland Garros en dobles.

Nacida hace 20 años en Riga, Ostapenko dio clases de baile durante siete años cuando era una niña y todavía hoy intenta bailar siempre que puede. La letona cree que todos esos pasos que dio al ritmo de la música le ayudan en las canchas de tenis.

«Creo que es bueno para tener un gran juego de pies. Tienes que ser muy coordinada y todos esos pequeños pasos ayudan», dijo Ostapenko, la más joven en avanzar a la final de un Grand Slam desde Wozniacki en el US Open 2009.

La letona, que en su única participación previa en Roland Garros había perdido en primera ronda, no ha ganado hasta el momento ningún título como profesional. El último tenista que estrenó su palmarés en Roland Garros fue el brasileño Gustavo «Guga» Kuerten. Lo hizo el 8 de junio de 1997, justo el día que nació Ostapenko.

Si ella es pura potencia, mañana tendrá enfrente a una de las jugadoras más tácticas que hay. Halep, finalista en Roland Garros 2014, persigue su primer Grand Slam desde la elaboración de los puntos.

Halep, que ascenderá al número uno del ranking si levanta el título, tiene un tenis más parecido al de Anabel Medina. La española, de hecho, intenta que Ostapenko absorba esa parte más táctica pero sin perder la fuerza de sus golpes.

«No quiero que pierda esa agresividad, pero también tiene que aprender a organizar el punto, eso es lo que estamos trabajando más», indica la española, que comparte el día a día con Ostapenko desde que arrancó la gira de arcilla. Antes ya realizó con ella la temporada de 2016. «Es muy ganadora», es el resumen que hace la entrenadora de una jugadora que promete dar mucho que hablar en el futuro.

Mañana, sin embargo, la favorita es Halep. La rumana ganó recientemente el título de Madrid, una semana después alcanzó la final de Roma y en París se cargó a la ucraniana Elina Svitolina y a la checa Karolina Pliskova, las jugadoras con más puntos WTA en lo que va de temporada.

El premio será doble si vence mañana, el primer Grand Slam vendría acompañado por el número uno, una posición que nunca alcanzó a sus 25 años.

«Es un partido muy importante, no lo voy a esconder, pero no quiero pensar mucho en ello porque es ponerme más presión a mí misma», explicó hoy la rumana. «Siempre digo que juego bien con presión, pero ahora no la necesito. Simplemente es un gran día, un gran partido y estoy lista para el reto».

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