Por Ignacio Encabo
Madrid/Miami
AGENCIA/dpa

Roger Federer y Rafael Nadal se vieron las caras por primera vez en una pista de tenis el 28 de marzo de 2004 en Miami. Mañana, 4 mil 753 días después, el suizo y el español se reencontrarán en el mismo escenario con el título en juego.

_DEPO31_1BEsos 4 mil 753 días dieron para mucho. Para que Federer sumara 16 títulos más de Grand Slam y alcanzara la cifra de 18. Para que Nadal se convirtiera en el «rey» de la arcilla y levantara un total de 14 grandes. Esos 4 mil 753 días sirvieron para edificar una de las mayores rivalidades de la historia de la raqueta y del deporte.

Crandon Park albergará mañana el duelo número 37 entre Federer y Nadal, el tercero desde que arrancó un 2017 que ha revivido el «antiguo régimen» del tenis.

«Parecen los viejos tiempos, jugando entre nosotros cada fin de semana», señaló Federer, de 35 años, el sábado tras batir en su semifinal al australiano Nick Kyrgios por un apretadísimo 7-6 (11-9), 6-7 (9-11) y 7-6 (7-5). Horas antes, Nadal, de 30 años, había vencido al italiano Fabio Fognini por 6-1 y 7-5.

Tiene razón Federer. Hubo una época, esos «viejos tiempos» que él dice, aquellos años 2006, 2007 y 2008, en los que el de Basilea y el de Manacor se citaban prácticamente en cada gran final. Entre febrero de 2006 y mayo de 2009 se midieron en 17 ocasiones, 15 de ellas con el título en juego. Y siete de esas finales fueron en torneos de Grand Slam.

Esa rivalidad rebajó sus decibelios en los años posteriores con la irrupción de nuevas figuras como Novak Djokovic y Andy Murray. Y las lesiones y los años llenaron de polvo esos recuerdos. Y cuando nadie apostaba por el regreso de ambos, tras un 2016 marcado por los problemas físicos, Federer y Nadal se citaron en la final del Abierto de Australia de 2017, después en los octavos de Indian Wells y ahora en Miami.

Tres duelos en los tres primeros meses de la temporada que no hacen sino presagiar un 2017 con más de un «déjà vu».

«Cuando juego bien soy un jugador muy agresivo con una gran derecha y que lucho muy duro en la pista»: así se definió Nadal aquel 28 de marzo de 2004 tras vencer 6-3 y 6-3 a Federer, entonces número uno del mundo, en la ronda de 32 del certamen. Nadal tenía todavía 17 años, apenas hablaba inglés -en su rueda de prensa contestó en español y hubo un traductor-, jugaba con camiseta sin mangas y ocupaba el puesto 34 del ranking.

Federer había ganado ya dos Grand Slam y se vislumbraba ya su dominio. Lo que pocos se imaginaban es que aquel día se plantó la semilla del gran clásico. «Ya veremos lo bueno que es dentro de dos años, pero el inicio de su carrera ha sido increíble», indicó aquel día el suizo sobre el futuro de Nadal.

«Un muchachito de apenas 17 años llamado ‘Rafa’ necesitó solo 69 minutos para despachar al número uno del mundo 6-3 y 6-3», escribió al día siguiente «The Miami Herald».

Federer sufrió en sus propias carnes el tenis del español, que acumula hasta hoy un 23-13 a favor en los duelos directos. Sin embargo, los últimos tres partidos cayeron del lado de Federer, que revolucionó su tenis en 2017 para jugar prácticamente al todo o nada cada punto.

«Voy a intentar hacer un tenis creativo y atacar con mis golpes», señaló ayer Federer, que lleva 18 victorias y una sola derrota en 2017, su mejor inicio de temporada en la última década.

Nadal intentará levantar su primer título del año y el primero también en Miami, donde perdió las cuatro finales que jugó. Una de ellas, la de 2005, fue el primer duelo Nadal-Federer en una final.

«Con Roger hemos jugado tantas veces que no me da nostalgia la final de 2005», expresó ayer el español. «Pero puede ser una de las últimas entre nosotros. No quedan muchas, así que hay que disfrutarlas».

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