Real Madrid's Sergio Ramos, third left, heads the ball to score his side's first goal during the Spanish La Liga soccer match between FC Barcelona and Real Madrid at the Camp Nou stadium in Barcelona, Spain, Saturday, Dec. 3, 2016. Ramos scored the equalizer goal and the match ended in a 1-1 draw. (AP Photo/Francisco Seco)

Barcelona
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El Real Madrid rescató hoy un agónico empate 1-1 ante el Barcelona en el primer clásico de la temporada en la Liga española de fútbol gracias a un cabezazo de Sergio Ramos, una vez más salvador del conjunto blanco en un partido importante.

A un minuto para la conclusión del duelo por la decimocuarta fecha, cuando la hinchada culé ya festejaba la victoria en el Camp Nou, el central del Real Madrid se elevó por encima de la defensa del Barcelona y remató al fondo de la red azulgrana el tanto de la igualada.

Fue un jarro de agua fría para el Barcelona, que creyendo tener ya los tres puntos, pagó su falta de contundencia a la hora de cerrar el partido con un empate que mantuvo en seis puntos su desventaja respecto al Real Madrid.

El uruguayo Luis Suárez había abierto el marcador en el minuto 53 al ganar también de cabeza en el área rival en una jugada a balón parado.

En una nueva muestra de que nunca se dan por vencidos, los dirigidos por Zinedine Zidane compensaron su inferioridad en la segunda parte con orgullo y espíritu de lucha, y con el gol final de Ramos, prolongaron su fabulosa racha: 33 partidos sin perder.

Estuvieron a punto de hacerlo en el Camp Nou, en un clásico en el que ni el portugués Cristiano Ronaldo ni el argentino Lionel Messi, los dos súper astros mundiales, brillaron con luz propia.

Sí lo hizo Andrés Iniesta que, tras seis semanas de ausencia por lesión, se reincorporó al Barcelona con una última media hora sublime. Su control del juego, su pausa y su temple dominaron el tramo final del choque, pero fueron insuficientes para que el Barcelona se llevara un clásico que no podía perder.

Antes de arrancar, Barcelona y Real Madrid guardaron un minuto de silencio por los futbolistas del Chapecoense, trágicamente fallecidos en un accidente de avión el pasado lunes. Instantes antes, el azulgrana Neymar había homenajeado a sus compatriotas con una fotografía en las redes sociales que incluía la camiseta del equipo brasileño y la leyenda «Força Chape».

Con sus primeros minutos de juego, los dirigidos por Luis Enrique tranquilizaron a su hinchada, que arrugó el gesto cuando supo que el técnico azulgrana prescindía del recuperado Iniesta en su once inicial. Después de los últimos partidos, los aficionados confiaban que el añorado capitán aportara ya de entrada la pausa y el juego que el Barcelona no tuvo ante la Real Sociedad.

Luis Enrique, sin embargo, optó por reservarse esa carta para la segunda parte del choque y colocar al portugués André Gomes como acompañante del croata Ivan Rakitic y de Sergio Busquets.

Zidane formó de entrada con un once valiente, con Isco y el croata Mateo Kovacic en el mediocampo, para tener más combinación, y Cristiano Ronaldo por la banda izquierda.

Y fue, precisamente por ahí, con el astro portugués y con el brasileño Marcelo por donde el Real Madrid llegó más y mejor.

En su primera llegada, cuando apenas habían transcurrido dos minutos de partido, Lucas Vázquez reclamó un penal -que pareció- de Javier Mascherano. El árbitro no lo sancionó y el Barcelona pasó a adueñarse de los primeros 20 minutos del duelo.

Dominó la posesión, le puso pausa al juego y, rompiendo las líneas del Real Madrid, generó un par de buenas ocasiones en las que no acertaron Sergi Roberto ni Suárez.

A partir de ahí, el choque cambió. Los blancos presionaron más arriba, los azulgrana perdieron el temple y el control y los nervios se apoderaron de ambos equipos, que jugaron mal y generaron ocasiones contadas.

El francés Karim Benzemá no acertó a rematar un buen centro de Lucas Vázquez. El alemán André Ter Stegen, que debutaba como arquero titular del Barcelona en un clásico, despejó bien un disparo de Cristiano Ronaldo. Y los azulgrana reclamaron manos de Carvajal, que el árbitro tampoco consideró.

Con un ligero dominio del Real Madrid en los minutos finales de la primera parte, el clásico, con mucha emoción pero escaso juego, y los dos astros mundiales en su versión más discreta, se fue a la pausa de lo más igualado.

Retomó sin cambios en las alineaciones ni tampoco en el juego, que siguió siendo tosco y obtuso, sin ninguna alegría para una hinchada que se mostraba inquieta.

Se tranquilizó cuando menos lo esperaba, con una falta lanzada por Neymar desde la banda izquierda y cabeceada perfectamente al fondo de la red por Suárez, ante el inmovilismo de Keylor Navas. El arquero costarricense no salió a buscar el centro y el delantero uruguayo no perdonó.

El Barcelona se adelantaba cuando menos control parecía tener sobre el partido. Pero el Real Madrid reaccionó con orgullo. Y buscó su suerte. Luis Enrique respondió dando entrada a Iniesta, que recibió una atronadora ovación.

El internacional español respondió con una exhibición al recibimiento de la hinchada. Pero Ramos, su colega en la selección, le aguó el regreso. Con un espectacular cabezazo a centro de Modric, rescató un empate que dejó al Real Madrid, con la misma ventaja en la cima, y al Barcelona, sin su pretendida recuperación.

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