Pasadena
DPA

De aquel James Rodríguez sentado en el banquillo con las manos en la cabeza y al borde de las lágrimas del viernes en el estadio de Santa Clara, al que hoy terminó sepultado en una montaña de abrazos en el Rose Bowl de Pasadena apenas pasaron cuatro días.

Sin embargo, mucho sucedió en ese tiempo. Algunos temieron su salida definitiva del torneo por una nueva luxación en ese maldito hombro izquierdo, que parece no querer quedarse en su sitio, tras el debut ante Estados Unidos.

Horas después, los medios colombianos lo descartaron de manera prematura para el duelo ante Paraguay, pero se ilusionaban con que el astro llegara al último compromiso del Grupo A, ante Costa Rica.

Todo indicaba que se trataba de un juego de distracción, estaba descartado… El lunes, el propio Pekerman abría otra vez la puerta de la esperanza. «Tenemos 24 horas más para tomar una resolución. James fue evolucionando bien y sabemos que hay un tema de dolor, que el jugador sabe mejor que nadie cómo se siente», dijo el entrenador argentino.

Pero pocos lo tomaban en serio. Que Dayro Moreno, que Edwin Cardona tirado a la izquierda, que Marlos Moreno, que Sebastián Pérez más adelantado, que Roger Martínez… La danza de nombres y variantes para reemplazar al crack del Real Madrid no se detenía.

Hasta Ramón Díaz, entrenador de Paraguay, se prendió en el juego. «Es uno de los mejores jugadores del mundo, tiene categoría y una gran calidad futbolística y humana. Le deseamos una pronta recuperación», afirmó el técnico de la Albirroja, dando por descontada la ausencia del crack.

El problema para Ramón, como se lo conoce en Argentina, donde no se lo menciona por su apellido, es que su deseo de buenos augurios se le cumplió demasiado pronto. James, otro al que sólo alcanza con su nombre para identificarlo, completó una recuperación asombrosa y apareció en la nómina oficial del juego, justo una hora antes del inicio.

A esa altura, ya no era tan sorpresivo porque su compañero Juan Cuadrado lo había filtrado en las redes sociales. «Listos para la batalla con el #crack10 y Baccagol #vamoscolombia», publicó en su cuenta de Twitter, con una foto junto a James y el goleador Carlos Bacca.

Cuando salió a calentar y el publicó colombiano lo reconoció, la ovación no tardó en llegar. Como tampoco tardó en mostrar su calidad en el campo, con un zurdazo en el inicio que pasó muy cerca del palo.

Su influencia en el desarrollo también quedó rápidamente expuesta, con un magnífico corner desde la derecha encontró la cabeza de Bacca para convertirse en el primer gol del partido.

Dos goles en dos partidos para situarse junto con el panameño Blas Pérez como máximo artillero de la Copa no es una marca despreciable. Todo lo contrario, si se toma en cuenta que el año pasado se fue en blanco de Chile, en su estreno en el certamen.

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