Las jugadoras de la selección femenina de Estados Unidos alcanzaron un acuerdo emblemático con la Federación de Fútbol estadounidense para terminar la batalla de legal de seis años sobre pago igualitario. Con este acuerdo la USSF se compromete al pago de 24 millones de dólares en bonos para equiparar al de los hombres.
La Federación y las mujeres anunciaron un acuerdo el martes con el que las jugadoras se repartirán 22 millones de dólares, un tercio de lo que originalmente pidieron por daños. La USSF también acordó establecer un fondo de 2 millones de dólares para beneficiar a las jugadoras tras su retiro, así como esfuerzos caritativos para crecer el deporte femenino.
La USSF se comprometió a proveer una tasa equitativa de pago para las selecciones femeninas y masculinas —incluyendo los bonos de la Copa Mundial— sujeto a los acuerdos de contrato colectivo con los sindicatos que representan a cada uno de los equipos por separado.
El acuerdo se trató de un triunfo para las jugadoras, que suscitaron el grito de los aficionados «¡Igualdad de pago!» tras ganar su segundo titulo del Mundo en Francia 2019. También fue un éxito para la presidenta de la USSF Cindy Parlow Cone, la exjugadora que se convirtió en líder de la Federación en marzo del 2020.
Cone reemplazó a Carlos Cordeiro, quien renunció después de que la Federación presentó un recurso legal alegando que las mujeres tenían menos capacidad física y responsabilidad que su contraparte masculina.
La selección femenina ha ganado cuatro Copas Mundiales desde que inició el programa en 1985, mientras que los hombres no han alcanzado las semifinales desde 1930.
Cinco jugadoras estadounidenses, lideradas por Alex Morgan y Rapinoe abrieron la querella presentando una denuncia en la Comisión de Igualdad de Oportunidad de Empleo en abril del 2016. Las mujeres demandaron tres años después, buscando daños bajo la Ley de Igualdad de Pago y la sección VII de la Ley de Derechos Civiles.