El capitán de la Juventus y de la selección italiana Giorgio Chiellini manifestó ayer su simpatía con el fallido proyecto de la Superliga, y pidió que también se implementen reformas en la liga de su nación.
La Superliga fue presentada en abril y colapsó en menos de 48 horas ante el rechazo y las amenazas de represalias por parte del fútbol europeo e incluso de gobiernos en el continente. La Juventus y los clubes españoles Real Madrid y Barcelona son los únicos tres de los 12 integrantes fundadores, que no han desistido públicamente del proyecto.
Chiellini es uno de los pocos jugadores que han apoyado abiertamente la idea.
El proyecto de la Superliga buscaba romper con la Liga de Campeones y tener su propia competencia de 20 equipos. Quince clubes invitados de los cinco mercados más importantes de Europa habrían tenido un lugar permanente en el torneo, mientras que los restantes cinco estarían abiertos a otros equipos.
La Juventus, que ayuda a encabezar una impugnación legal contra la UEFA por parte de los miembros de la Superliga, consiguió con apuros clasificarse a la Liga de Campeones de este año. Y si la campaña italiana concluyera en este momento, la Vecchia Signora ni siquiera se clasificaría a la Liga de Europa debido a que se ubica octava en la Serie A.
Chiellini también apoya recortar la Serie A de 20 a 18 equipos para disminuir la cantidad de encuentros nacionales en un calendario abarrotado.
