Jugadores del Chelsea celebran con el trofeo de campeón de la Super Copa UEFA tras vencer en penales al Villarreal en Windsor Park en Belfast, Irlanda del Norte. Foto La Hora/AP/Peter Morrison.

Thomas Tuchel tomó la osada decisión. Y Kepa Arrizabalaga realizó las grandes atajadas.

Arrizabalaga ingresó a segundos de que concluyera el tiempo extra y paró dos penales para que Chelsea superara el miércoles 6-5 en la tanda al Villarreal, con lo cual conquistó la Supercopa de la UEFA.

La apuesta de Tuchel le resultó bien. Kepa se zambulló a la derecha para detener el tiro de Raul Albiol, el último de la tanda en el Windsor Park en Irlanda del Norte.

El guardameta español, quien ingresó a los 119 minutos en un cambio que al parecer no se derivó de lesiones, atajó también el tiro de Aissa Mandi.

Los encargados de estadística de Chelsea habían informado a Tuchel que Kepa tenía mejores antecedentes en el rubro de penales atajados en comparación con Edouard Mendy.

Los jugadores del Chelsea corrieron desde la media cancha para celebrar con Kepa. Uno de los primeros que lo alcanzó fue Mendy —el portero que fue sustituido.

«Es fantástica la forma en que Edu ha aceptado esto», dijo Tuchel. «Necesitábamos hacer lo mejor para el equipo… Había pruebas de que Kepa es mejor en esto».

El duelo terminó 1-1 en la prórroga, con el gol de Hakim Ziyech para abrir el marcador a los 27 minutos y el tanto de Gerard Moreno a los 73 para equilibrar el marcador.

Moreno llegó a un récord de 83 goles con el Villlarreal.

Es el segundo trofeo que consigue el Chelsea con Tuchel, quien condujo al equipo al título de la Liga de Campeones en mayo —cuatro meses después de que asumió el cargo. El Villarreal disputó la Supecopa como campeón de la Liga de Europa, el torneo que se llevó al superar al Manchester United en penales.

«Es un día para estar orgulloso de este equipo… porque hoy nos ha tocado la otra cara del fútbol», valoró Moreno. «Nos vamos fastidiados pero muy orgullosos del esfuerzo realizado, porque este equipo siempre da la cara».

El encuentro se disputó frente a 13 mil espectadores, el 70% de la capacidad del estadio, en medio de las restricciones por la pandemia. Todos los espectadores debieron usar mascarilla.

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