El cubano Julio César La Cruz reacciona tras vencer al ruso Muslim Gadzhimagomedov en la final del peso, pesado, de los Juegos Olímpicos de Tokio. Foto la hora: Themba Hadebe/AP

Un puñado de seis boxeadores presumía de medallas de oro en dos divisiones del boxeo antes que un trío de sagaces veteranos peleadores cubanos se unieron al club en los últimos cuatro días en Tokio.

Julio César La Cruz, Roniel Iglesias y Arlen López confirmaron que la supremacía cubana en esta disciplina olímpica no afloja, sin importar todos los cambios.

La Cruz completó la trifecta hoy con una contundente victoria sobre el peso pesado ruso Muslim Gadzhimagomedov, ofreciendo una clase magistral de defensa al ganar por 5:0.

La Cruz añadió el oro de los pesados en Tokio al metal dorado que se llevó en los semipesados en Río de Janeiro. Sus otros dos colegas del contingente cubano también subieron de división para atrapar un segundo oro.

Las tres estrellas cubanas tienen clara la magnitud de su gesta dentro de la ilustre trayectoria del boxeo de su país.

El boxeo aficionado ha cambiado significativamente con respecto al deporte que la Armada cubana dominó por largos pasajes del último medio siglo. El lote de participantes en Tokio incluyó a más de 40 boxeadores con experiencia profesional, y el nivel de calidad es bastante alto en todas las divisiones.
Pero el infatigable programa cubano podría irse de Tokio con un total de cuatro oros cuando el ligero Andy Cruz enfrente a Keyshawn Davis, de un muy mejorado equipo de Estados Unidos, en la última sesión el sábado.

Apenas dos cubanos habían ganado medallas en tres Juegos Olímpicos y Lázaro Álvarez, tres veces ganador del bronce, duplicó la cantidad de ese club durante la semana.

López, el campeón mediano en Río, sucedió a La Cruz como el monarca semipesado en Tokio. Iglesias atrapó el oro en su segundo intento como wélter tras coronarse como junior wélter hace nueve años en Londres.

Aunque algunos cubanos –como es el caso de Robeisy Ramírez, dos veces campeón en Londres y Río– han dejado el equipo para probar suerte en el profesionalismo, Cuba no deja de producir talento de primer nivel.

Y los mejores cubanos en Tokio no parecen tener interés en dejar el equipo nacional.

La Cruz llamó la atención del COI cuando pareció pronunciarse a favor del régimen que gobierna la isla tras una victoria al iniciar su recorrido en Tokio. Tanto Iglesias como López han puesto énfasis por pelear por su país rumbo a París en 2024.

La Cruz ganó la octava medalla de oro en el peso pesado para Cuba, pero la primera desde que Odlanier Solís se consagró en la división más atractiva en 2004. La Cruz emula a Solís y a los legendarios tricampeones olímpicos Teófilo Stevenson y Félix Savón.

Gadzhimagomedov presionó durante todo el combate, pero La Cruz lució su espectacular juego de pies y su capacidad para eludir los golpes mientras acribillaba a su rival al contragolpe. El cubano ganó la pelea 30-27 en las tarjetas de tres jueces y 29-28 en las de los otros dos, completando una barrida de cuatro combates en la Arena Kokugikan con dos triunfos por 5:0 y otros dos por 4:1.

La Cruz se tiró en la lona tras el fallo, abriendo las piernas para celebrar la victoria. Fue otro logro de un atleta admirable, uno cuya carrera pudo quedar descarrillada en 2014 cuando fue impacto por un balazo durante un intento de robo.

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