Guardias de seguridad en la entrada principal de la Cancha Central en el All England Lawn Tennis Club tras la cancelación de la edición de 2020 del torneo de Wimbledon, Foto La Hora: Kirsty Wigglesworth, archivo/AP

La reacción de Roger Federer fue de «puro asombro, más que nada».

«Devastador», dijo Chris Evert.

El mundo del tenis se estremeció cuando el All England Club anunció el 1 de abril de 2020 que Wimbledon sería cancelado por la pandemia del coronavirus -la primera vez que el torneo en césped no se podía escenificar desde la Segunda Guerra Mundial.

La cita de Grand Slam más antigua pone fin a una ausencia de dos años el lunes, con un 50% de aforo en el inicio y lleno total de 15.000 aficionados en una Cancha Central para las finales de sencillos el 10 y 11 de julio, otra señal que las cosas se acercan a la normalidad.

Si es así, lo que sobran son historias intrigantes.

El campeón vigente, Novak Djokovic, intentará alcanzar a Rafael Nadal (ausente) y Federer (que disputará su último Slam antes de cumplir 40 años el 8 de agosto) con 20 coronas de las grandes citas, el récord en el cuadro masculino. Djokovic también aspirar añadir otro cetro a los conquistados este 2021 en el Abierto de Australia y Roland Garros para convertirse en el primer hombre que completa el Grand Slam en un mismo año desde 1969.

Serena Williams, con 39 años, va por su 24ta corona de sencillos en los majors y tratará de igualar la marca de todos los tiempos tras caer en la final de Wimbledon en 2018 y 2019. Coco Gauff, ahora con 17 años, regresa a las canchas donde irrumpió como quinceañera. ¿Tendremos a una nueva campeona de Grand Slam en el tenis femenino?

Lo que más importante es que Wimbledon regresa tras ser el único escenario de Grand Slam que enmudeció durante la crisis del COVID-19.

El Abierto de Francia pasó de mayo y junio a septiembre y octubre en 2020, y volvió a jugarse este año, aunque con un retraso de una semana. Ese cambio dejó apenas dos semanas, en vez de tres, entre la tierra batida de París y la hierba de Londres, lo cual podría dar ventaja a quienes se sienten más a gusto en las pistas de Wimbledon, como Federer (8 veces campeón) y Williams (7).

En tanto, el Abierto de Estados Unidos se disputó en sus fechas habituales de agosto-septiembre en 2020, aunque sin público. El de Australia comenzó con tres semanas de retraso en 2021.

Pero el All England Club, a diferencia de las organizaciones que gestionan los otros grandes, tenía una póliza de seguro por cancelación que desembolsó 180 millones de libras (250 millones de dólares), según su director ejecutivo Ian Hewitt.

Se vienen cambios ahora -y en el futuro.

Los cheques para los campeones de individuales tendrán una reducción de más del 25%, quedando en 2,4 millones de dólares, aunque el recorte de la bolsa de premios es del 5%.

Habrá menos público de lo habitual durante la mayor parte de las dos semanas y tendrán que demostrar que están vacunados, dieron negativo por COVID-19 o sufrieron la enfermedad en los seis últimos meses. El tradicional Middle Sunday -un domingo sin competición- se mantendrá este año pero desaparecerá en el calendario de 2022.

En lugar de alquilar residencias privadas en la villa de Wimbledon, como suelen hacer varios jugadores, los tenistas y sus séquitos deberán alojarse en un hotel designado en Londres dentro de lo que se ha descrito como un «entorno de riesgo mínimo», con un programa de constantes pruebas y rastreo de contactos.

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