Por: Ana Fortuny/ Académica y escritora
Hace unos días, en una clase de Biología, pedí a mis estudiantes que nombraran a un científico famoso, y respondieron: Alejandra Sierra. Me sorprendieron. Yo esperaba la lista clásica de Darwin, Mendel, Newton y Einstein. La respuesta me llenó de alegría porque, además del nombre de Alejandra, conocían muy bien los logros de esta joven guatemalteca, química bióloga, especializada en biotecnología. Y es que, poco a poco, desde la época de Hipatia, la filósofa y matemática griega, asesinada por expresar sus ideas en la ciudad de Alejandría, las mujeres han ido avanzando en todas las regiones, como las plantas avanzan en la sucesión primaria. Llegaron como los primeros líquenes y musgos, un poco tímidas, a romper la roca desnuda. En condiciones adversas prepararon el terreno para sus sucesoras. Muchas trabajaron en la oscuridad, a la sombra de sus compañeros, sin que se reconocieran sus aportes. Pero de alguna forma han pasado la estafeta a las siguientes generaciones. Y ahora, con el suelo fértil, se elevan como esos árboles frondosos de hojas anchas. Reclaman su espacio. Sus frutos, esas investigaciones en todos los campos, que antes les estaban vedados, se propagan a nivel mundial. Una oportunidad para socializarlos se presenta este mes, pues cada año, el 11 de febrero, se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, establecido por la Asamblea General de la ONU. El propósito es lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y, además, lograr la igualdad de género. En esta época de pandemia, la celebración no se detiene. Al contrario, puede llegar a más lugares a través de las pantallas y de los celulares. Como antesala a esa fecha, y también después, se organizarán en la virtualidad seminarios, conferencias, reportajes, concursos y otras actividades para visibilizar los aportes de las mujeres en la ciencia. Desde sus casas o desde sus laboratorios, desde las universidades, en los hospitales o en el campo, compartirán sus experiencias estas mujeres valerosas. Los resultados de sus investigaciones se encuentran a un click. Susana Arrechea, ingeniera química con aportes en nanotecnología, Pamela Pennington y Carlota Monroy, con estudios en el campo de la biotecnología e investigaciones en el combate de la enfermedad de Chagas, María Isabel Amorín, química, con proyectos sobre biopolímeros extraídos del exoesqueleto de camarones y biopelículas para regeneración de tejidos, Waleska Aldana, física, quien enfoca sus esfuerzos para vincular a los niños y jóvenes a la ciencia, Maura Quezada, bióloga, quien ha realizado estudios de hongos, encinos y ecología del paisaje, Eunice Enríquez bióloga, con estudios de conservación y abejas silvestres, y muchas otras investigadoras de diversos campos. Ya no son pocas, ahora abundan y vienen desbocadas, felices, con unas ganas terribles por aportar soluciones a los problemas que observan a su alrededor. Algunas científicas están al frente del gobierno de sus países, y lo hacen muy bien. Ocurre en otras latitudes, pero llegará el momento en que también estén al frente por estos lares. Celebremos la vida de esas mujeres, las tareas que han hecho sin descuidar a sus familias. Celebremos el apoyo que han recibido desde pequeñas, y en las instituciones donde trabajan, sus aciertos y errores, y también cada libro que han leído para llegar a donde se encuentran.
Concurso Leamos La Ciencia para Todos
El Concurso Nacional Leamos La Ciencia desde México, es un sólido proyecto para apoyar los programas de fomento a la lectoescritura y a la divulgación de la ciencia. A lo largo de las XVI emisiones del concurso se han recibido cerca de medio millón de trabajos con participaciones de jóvenes, maestros y lectores de México y de otros países como Colombia, Argentina y Cuba.
A partir de la lectura de uno de los títulos de la colección La Ciencia para Todos, los concursantes (de 12 años en adelante), de acuerdo con su edad, deben redactar un texto (resumen, reseña, ensayo, ensayo didáctico o texto libre) dependiendo de la categoría en la que participan.
La convocatoria también está abierta para guatemaltecos y cierra el viernes 28 de mayo de 2021 (hora del centro de México). Los trabajos deben enviarse a través del sitio: www.lacienciaparatodos.mx/concurso Se pueden encontrar el registro y las bases completas del concurso, así como el catálogo de libros participantes en nuestra página web: http://www.lacienciaparatodos.mx/
Lamarck, de Ludmilla Jordanova
Figura central de la ciencia decimonónica, Jean-Baptiste de Lamarck (1744-1829) vio ensombrecido su lugar durante un vasto periodo, debido a la difusión de las teorías de Huxley y Darwin, que negaban algunos de los supuestos de las teorías del biólogo francés sobre la evolución. Sin embargo, como lo demuestra la autora, varias de las sentencias lamarckianas siguen siendo definitivas para la historia de la ciencia moderna.
La sociedad de los primates, de Julia Fisher
El argumento principal de La sociedad de los primates es que el estudio de los monos puede ser una valiosa fuente de conocimiento sobre la evolución de los seres humanos. La obra está constituida por tres capítulos, el primero habla de las dinámicas sociales de algunos primates y relata las experiencias de la autora como investigadora de campo. En el segundo capítulo se trata de dilucidar cómo funciona la mente de estos animales por último se habla de la comunicación y la posibilidad de encontrar el origen del lenguaje en el estudio de los monos.
Alegre Roger y el tesoro submarino, de Vivian French
La tripulación del Espectro Espeluznante bajo el mando de la capitana Jennifer Aguamala Jones ha encontrado un tesoro en el fondo del mar; pero el malvado Zorro ha ideado una técnica para huir con las riquezas y dejar a todos con las manos vacías. La valentía de Alegre Roger combinada con el ingenio de Primer Maestre Mutt, harán de esta historia de piratas una aventura divertida y emocionante.